La convocatoria del congreso extraordinario antes de las primarias supone un cambio abrupto de las reglas del juego
28 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.La jugada de Alfredo Pérez Rubalcaba, con el respaldo en la sombra de Susana Díaz, de convocar un congreso extraordinario para elegir a su sucesor como secretario general ha dejado las primarias abiertas en suspenso y descolocados de repente a los dos principales aspirantes, Eduardo Madina y Carme Chacón, ya que supone un abrupto cambio de las reglas del juego con las que contaban. Ambos han salido inmediatamente a descalificar esta maniobra de anteponer el congreso a las primarias porque deja en manos del aparato, y no de los ciudadanos, la renovación del PSOE. La decisión ha provocado la formación de un importante movimiento interno que reclama un cónclave abierto en el que voten también los militantes y no solo los delegados. Una solución «a la gallega».
Primarias en el aire
Es improbable que alguien desafíe al nuevo secretario general. Con la fórmula pactada por el máximo dirigente en retirada y la poderosa baronesa andaluza en vertiginoso ascenso, el congreso del 19 y 20 de julio pasa a ser la clave, con unas hipotéticas primarias en el horizonte, previstas hasta ahora para noviembre, que podrían no llegar a celebrarse. ¿Quién se atrevería a desafiar al flamante secretario general? Es cierto que se puede dar el caso si hay división en el congreso y el ganador no consigue un importante respaldo, pero esto abriría una gran crisis en el PSOE a un año de las elecciones. Conduciría, si el nuevo líder fuera derrotado, a una peligrosa bicefalia, como sucedió cuando Joaquín Almunia fue nombrado secretario general, Josep Borrell ganó las primarias y posteriormente tuvo que dimitir. Volver a ese escenario, que resultó un fracaso en toda regla, equivaldría a un suicidio político, que sin embargo no cabe descartar.
Rubalcaba
Golpe a las primarias. Rubalcaba tenía varias opciones sobre la mesa una vez que decidió arrojar la toalla tras la debacle electoral. La primera, convocar inmediatamente las primarias abiertas, con lo que los militantes y simpatizantes habrían sido quienes decidieran el liderazgo socialista. Segundo, dimitir y dejar el partido en manos de una gestora, que fue lo que hizo Almunia tras la derrota en el 2000 y que desembocó en el congreso en el que fue elegido José Luis Rodríguez Zapatero. O la que finalmente ha adoptado, que en buena medida dinamita las primarias y desplaza a Chacón y Madina.
Susana Díaz
La figura clave que maneja los hilos. Solo lleva ocho meses como presidenta de la Junta de Andalucía, tras la dimisión de José Antonio Griñán, pero se ha convertido en la pieza maestra de la transición socialista. Las elecciones europeas la han fortalecido enormemente, ya que los socialistas han aventajado por más de nueve puntos al PP en la comunidad. El PSOE ha conseguido uno de cada cuatro de sus votos en Andalucía, donde Díaz se ha implicado muy a fondo en la campaña. Su federación es además la más potente. En un partido a la deriva y en caída libre en casi todas las comunidades no se moverá nada sin su consentimiento. Muchos la ven como la única que puede salvar al PSOE. La duda es si dará el salto a Madrid para dirigirlo personalmente, lo que es muy improbable, o manejará los hilos desde la distancia. Si decidiera optar a la secretaría general no tendría rival.
Carme Chacón
Una maniobra diseñada contra ella. La maniobra de Rubalcaba parece diseñada para sacar de la partida a la adversaria a la que derrotó por la mínima en el congreso de Sevilla del 2012. Chacón no cuenta ya con el apoyo que le dio entonces Susana Díaz ni tiene sustento en el aparato, lo que la deja fuera de la lucha por la secretaría general. La exministra confiaba en su tirón entre la militancia para ganar las primarias abiertas, que ahora están en el aire. Por eso no ha dudado en criticar abiertamente la decisión de Rubalcaba. Sus posibilidades de ser la candidata socialista a la Moncloa parecen evaporarse.
Eduardo Madina
Rediseñar su estrategia. Es la gran esperanza blanca de muchos socialistas para salir de su profunda crisis, el más querido por la militancia, en especial los más jóvenes. Ha expresado claramente su enfado por la convocatoria del congreso antes de las primarias, lo que ha dicho «usurpa la decisión de los ciudadanos». Sabe que no cuenta con apoyos suficientes dentro de la estructura orgánica del partido y ahora se emplea a fondo para lograr que los militantes también voten al secretario general, lo que podría llevarle a optar al cargo, algo que no entraba en sus planes. La decisión de Rubalcaba le obliga a rediseñar su estrategia, pero sigue siendo el favorito para liderar la renovación.
Patxi López
Fuera de la carrera. El desastre del PSE en las europeas, que ha provocado su dimisión, le ha dejado muy tocado y fuera de la carrera de las primarias. Aunque era el hombre de confianza de Rubalcaba para sucederle, y estaba bien visto por Díaz, sus opciones se han visto reducidas a cero. En todo caso, nunca figuró como favorito en las quinielas, encabezadas por Chacón y Madina.
Pedro Sánchez
La posible sorpresa. Hasta hace muy poco completamente desconocido, este joven profesor universitario de Estructura Económica e Historia del Pensamiento Económico, que llegó de rebote al Congreso a principios del 2013 tras la renuncia de Cristina Narbona, podría ser la gran sorpresa. Está preparado, tiene un buen discurso, facilidad de palabra y buena imagen. Pedro Sánchez es un político fresco, no «contaminado», que puede representar la renovación. No cabe descartarle como una solución de consenso en el congreso extraordinario, aunque este llega demasiado pronto para él.