El lendakari Urkullu ve en la abdicación una «oportunidad» para el País Vasco

La Voz

ESPAÑA

03 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Apenas cuatro días después de que el Parlamento vasco aprobase el pasado jueves una resolución simbólica que, con el apoyo de PNV y EH Bildu, proclamaba «el derecho a la autodeterminación» de Euskadi, el lendakari, Íñigo Urkullu, afirmó ayer que la abdicación del rey Juan Carlos brinda una «oportunidad» para tratar de resolver la «cuestión vasca» y encontrar un nuevo encaje para la comunidad dentro del Estado.

Urkullu remarcó que «solo desde el acuerdo y el pacto», y tras un proceso de autocrítica, se podrá alumbrar un nuevo modelo de convivencia «que dé salida a la crisis institucional, territorial y económica» por la que atraviesa el país. El lendakari entiende que la renuncia del rey cierra un ciclo cuyo hito fue la aprobación de la Constitución y abre un nuevo período para abordar una tensión territorial «no resuelta».

Varios pasos más allá fue Bildu, que abogó abiertamente por una «república vasca libre» y que emplazó «a las fuerzas políticas que hace 35 años renegaron de una ruptura democrática para que no realicen ahora la misma elección y opten por el respeto a los derechos de los pueblos y de las personas». La formación convocó concentraciones en las tres capitales de provincia vascas y en la de Navarra para reclamar «el derecho a decidir del pueblo vasco» a las que, anunciaron, seguirán iniciativas en las instituciones para avanzar en sus exigencias.

El PP ve «oportunismo»

De «oportunista» calificó ayer la presidenta del PP vasco, Arantza Quiroga, que el lendakari aproveche la abdicación para plantear reivindicaciones «fuera de lugar, impropias de un representante institucional responsable». «Después, cuando vienen los reyes o el príncipe de visita, no es la actitud que tiene. Ese es el doble juego, la doble cara», censuró.

Por su parte, los socialistas vascos destacaron el papel jugado por Juan Carlos I en la «recuperación y el mantenimiento de la democracia», aunque matizaron que «no es la monarquía nuestro sistema de gobierno preferido». Pese a todo, esperan que el sucesor en el trono sea capaz de «renovar la confianza de la ciudadanía en la institución».