España acusa a Londres de «injerencias inaceptables» tras el choque por Gibraltar

a. a. MADRID / COLPISA

ESPAÑA

El embajador británico en Madrid, Simon Manley, sale de la sede del Ministerio de Exteriores español.
El embajador británico en Madrid, Simon Manley, sale de la sede del Ministerio de Exteriores español. juanjo martín < / span>efe< / span>

Margallo considera «inaceptable» que se impute a España una actuación «provocadora» y tacha las acusaciones de «rigurosamente falsas»

19 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El enésimo incidente en las aguas en disputa entre España y Gibraltar se saldó según el guion previsto y tantas veces repetido a lo largo de los últimos dos años y medio. En esta ocasión, el choque tuvo su origen en las acusaciones de las autoridades del Peñón por la actuación de un barco de la Armada. Según la colonia británica, el patrullero Tagomago desvió de su ruta a dos embarcaciones que habían partido o se dirigían hacia Gibraltar y se encontraban en aguas internacionales. Londres considera que se produjo una violación de la Convención de la ONU sobre el Derecho en el Mar.

Como respuesta, convocó por quinta vez al embajador en Londres, Federico Trillo, para expresarle su profundo malestar. Acto seguido, Madrid hizo lo propio con el representante británico. La diferencia esta vez radica en el contundente reproche del departamento de José Manuel García-Margallo. En un duro comunicado, considera «inaceptable» que se impute a España una actuación «provocadora» y tacha las acusaciones de «rigurosamente falsas». En la misma nota, se aclara que el Tagomago estaba en aguas españolas cuando interceptó los dos barcos, por lo que la acción de protesta de Londres supone «una injerencia inaceptable en la acción rutinaria de la Armada».

Exteriores también afirma que «las reiteradas convocatorias al embajador de España en Londres por supuestos incidentes que, entre países amigos y aliados deberían ser tratados de forma diferente, establece una dinámica diplomática inadecuada». «La convocatoria de embajadores es un acto muy serio que debe reservarse para situaciones de especial gravedad», añade. Esta posición le fue expuesta ayer al embajador británico, Simon Manley, por el director de Política Exterior, Ignacio Ybáñez.