Rajoy cree que se abre un nuevo escenario de diálogo con Artur Mas

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Fernández Currás y Núñez Feijoo suben las escaleras del Casino Gran Círculo de Madrid, donde la secretaria de Estado de Presupuestos ofreció una conferencia introducida por el presidente de la Xunta.
Fernández Currás y Núñez Feijoo suben las escaleras del Casino Gran Círculo de Madrid, donde la secretaria de Estado de Presupuestos ofreció una conferencia introducida por el presidente de la Xunta. Naranjo < / span>efe< / span>

Feijoo advierte de que al presidente catalán «no le puede salir gratis» el echar un pulso al Estado y rechaza cualquier «privilegio» para Cataluña

16 oct 2014 . Actualizado a las 07:52 h.

«Se abre un camino para hablar y para dialogar que es lo que debió haberse desde el principio». Mariano Rajoy está convencido de que la renuncia de Artur Mas a llevar adelante el referendo independentista supone un cambio radical en el escenario del conflicto con Cataluña, por más que el presidente de la Generalitat intente salvar la cara con un sucedáneo de consulta popular. La estrategia del jefe del Ejecutivo pasa por minimizar la trascendencia de lo que Moncloa considera una «ocurrencia», y preparar el camino para un acuerdo político que ponga fin, al menos de momento, al brote soberanista.

«No sé qué se ha anunciado para el día 9, pero no hay más criterio que diálogo y ley», señaló ayer Rajoy, insistiendo en el mensaje de que es posible hablar de cualquier cosa siempre que se renuncie a seguir desafiando el Estado de derecho y la Constitución. «Si vemos que hay cosas que vayan contra la legislación tendremos que recurrir como en muchas ocasiones recurren otros Gobiernos o recurren los ciudadanos», insistió el presidente, tratando de dar imagen de normalidad y huyendo de la confrontación política.

«Estamos dispuestos a hablar»

La renuncia la referendo es para Rajoy «un triunfo de la democracia y de la ley». Pero, a partir de ahí, el presidente no desea aumentar la tensión con la Generalitat, sino todo lo contrario. «Estamos dispuestos a hablar», señaló, porque, según dijo «hay un camino que millones de españoles quieren que se emprenda».

La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho, incidió en esa línea de moderación, de dar por acabada la etapa del referendo y de apertura de un nuevo escenario. «Es el momento de abrir una nueva etapa, de la reconciliación de la convivencia de la sociedad catalana», señaló, y animó a «reconstruir la fractura de la sociedad catalana a la que nos ha llevado Mas». «El PP catalán y el Gobierno van a actuar con responsabilidad para volver a reconciliarnos con todos», señaló Sánchez Camacho, al tiempo que instó a Mas a entablar «un diálogo responsable, leal y constructivo con el Gobierno de España para solucionar los problemas de los catalanes».

Pero no todos en el PP son partidarios de hacer borrón y cuenta nueva para dar paso a una negociación política con Mas que pueda implicar concesiones económicas y fiscales a Cataluña. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, advirtió ayer de que la «grave decisión» que ha tomado Mas «no le puede salir gratis». Tras presentar en Madrid una conferencia de la secretaria de Estado de Presupuestos, Marta Fernández Currás, Feijoo advirtió de que «no se le puede echar un pulso al Estado» y se mostró en contra de cualquier «privilegio» para Cataluña, especialmente cuando se busca «desde la deslealtad institucional constante».

La presidenta andaluza, Susana Díaz, pidió también a Mas que pare cuanto antes su «engaño» sobre la consulta soberanista y aseguró que el Gobierno tendrá al PSOE «a su lado» mientras cumpla y haga cumplir la ley.

Díaz afirmó que la actitud de Mas «no es seria», «ni justa, ni generosa» ni con Cataluña ni con España. Por eso, sostuvo que es preciso decirles a los catalanes y al resto de españoles que «esto lo vamos a arreglar cuanto antes». «Es el momento de la política y la tiene que liderar el presidente del Gobierno», concluyó.