Amotinados no, solo un debate jurídico

M. B. Madrid / Colpisa

ESPAÑA

Torres-Dulce trata de quitar hierro a las diferencias con los fiscales catalanes

21 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

La negativa de la Fiscalía Superior de Cataluña a presentar la querella contra Artur Mas y miembros de su Gobierno derivó posteriormente en la intervención directa del fiscal general del Estado, partidario de la querella, quien el pasado lunes convocó la Junta de Fiscales de Sala para dirimir estas «diferencias» en virtud del artículo 27 del estatuto orgánico del ministerio fiscal. Pero el visible distanciamiento con los fiscales superiores catalanes ya había calado en la clase política de Madrid y Barcelona, que manoseó este desacuerdo a su antojo y beneficio, unos para acusar al Gobierno de instar al fiscal general a recurrir a la vía judicial, y los otros para denunciar presiones de los soberanistas a los fiscales catalanes con objeto de impedir la querella.

No es de extrañar que la cúpula de la carrera fiscal transmitiera el miércoles a Eduardo Torres-Dulce su «perplejidad» por el tratamiento que se ha dado a estas discrepancias. Incluso algún fiscal del Supremo llegó a incidir en la reunión en que no se puede hablar de «rebeldía» de la Fiscalía Superior de Cataluña. A lo que todos los asistentes asintieron.

Precisamente, este fue el argumento que el propio fiscal general defendió ayer en el Senado, donde fue a entregar la memoria anual de su ministerio. Afirmó que «es una exageración y una absoluta falta de veracidad» decir que hay «fiscales amotinados», porque lo que la querella sobre el 9-N ha demostrado es que la Fiscalía «no actúa a golpe de orden» sino a través de un debate jurídico.

Sí reconoció que ha habido un debate relacionado con discrepancias técnicas que son habituales en este tipo de casos. Pero en esta tesitura, su única preocupación es que se cumplieran «escrupulosamente» los principios que ordena la actividad fiscal. Que son, dijo, «oír siempre primero a los fiscales, sujetarse a la legalidad, comportarse con imparcialidad y que funcionen los principios de unidad de actuación y dependencia jerárquica». No obstante, reconoció que le preocupa que haya «decisiones contradictorias» en el seno de las fiscalías de Cataluña.