
Alberto Garzón y Tania Iglesias también desvelan sus principales debilidades en un reportaje publicado por la revista «Vanity Fair». La gran ausencia: Pedro Sánchez
19 feb 2015 . Actualizado a las 13:54 h.Con su peculiar coleta, su no menos característica camisa blanca (sin corbata y con el primer botón desabrochado), mirada desafiante a cámara y unos guantes de boxeo oscuros y de otro tiempo. Pablo Iglesias se ha hecho con un hueco en la revista Vanity Fair, publicación que destaca en portada una frase con todas las intenciones del mundo: «El papa y yo estamos en la misma barricada». Mezcla la derecha y la izquierda. La cúspide de la Iglesia, un elemento conservador, con un elemento de lucha asociado a las clases populares. Buscando pescar en dos caladeros distintos con la misma caña.
«¿Debilidades? Peco de arrogancia y soberbia, como me recuerdan mis propios compañeros», asegura Iglesias en la edición española de esta publicación estadounidense. «Se nos mira con una lupa con la que no se ha observado a nadie», denuncia.

El secretario general de Podemos es la imagen más representativa de la nueva clase política, que pretende destronar a los partidos tradicionales (fundamentalmente PP y PSOE, más agrupaciones nacionalistas clásicas). Otros de los nombres que más titulares ha acaparado en los medios en los últimos tiempos ha sido el de su expareja Tania Sánchez, que recientemente ha abandonado Izquierda Unida. Reconoce que uno de sus principales defectos es que tiene «una mala leche poco gestionable» y que exije «demasiado».
Tania Sánchez abandonó la formación de la que el joven diputado Alberto Garzón es una de las caras más visibles y cuenta con una de las voces con más peso. Garzón se define como cabezota. «Tenía una novia que me decía que era una hoja de Excel».

Borja Sémper, el portavoz del Partido Popular en el Parlamento Vasco, reconoce problemas de exceso de ego, algo que intenta controlar, y señala al «pájaro» Bárcenas como el caso más lamentable dentro de su formación.
Si alguien ha cogida altura en las últimas semanas es Albert Rivera, hijo de autónomos y ambicioso líder de Ciudadanos. «Queremos gobernar España», afirma. «Mi fortaleza es que no dependo de la política. ¿Mi debilidad? la inexperiencia de no haber gobernado aún».
Falta alguien del PSOE. Falta Pedro Sánchez. La directora de la revista publica junto al texto la explicación de su ausencia: el secretario general socialista no ha querido.
