Los andaluces ponen hoy a prueba el sistema de partidos de la transición

Mariluz Ferreiro SEVILLA / ENVIADA ESPECIAL

ESPAÑA

Atlas TV

Las autonómicas miden el desgaste de las grandes fuerzas y el impacto de las nuevas

22 mar 2015 . Actualizado a las 23:56 h.

Todo indica que hay un nuevo tablero electoral. Y la partida comienza hoy en Andalucía. Las elecciones autonómicas andaluzas miden el desgaste del sistema bipartidista y el impacto de los nuevos partidos que han irrumpido en el escenario político español. Abre la agenda de las urnas en un año clave en España, con citas municipales, autonómicas y generales. No es un examen banal, una pequeña muestra. Se trata de un territorio de 8,4 millones de habitantes y 6,4 millones de electores. Una población similar a la de Austria. Una autonomía que evitó que la debacle del PSOE fuera total en las últimas elecciones europeas. Un laboratorio gigantesco para resolver esta ecuación en la que han entrado Podemos y Ciudadanos.

Curiosamente, el orden establecido desde la transición se testa en la única comunidad que no ha cambiado de color político desde entonces. Las encuestas otorgan un nuevo triunfo al PSOE. Susana Díaz mantendría el granero de votos del socialismo capeando al mismo tiempo la caída de los de su formación y el escándalo del fraude de los ERE, y reforzaría su poder en el aparato socialista frente a Pedro Sánchez, el secretario general, al que, paradójicamente, quizás conviene una victoria, pero no una tan aplastante que cuestione su liderazgo a corto plazo. Díaz es para él una oportunidad para que el PSOE vuelva a cabalgar y una amenaza dentro del partido.

En el 2012, los sondeos fracasaron estrepitosamente. Entonces le otorgaban una mayoría absoluta al popular Javier Arenas. El PP fue por primera vez la formación más votada en Andalucía. Pero no se aseguró la Junta. Mariano Rajoy aplazó reformas muy duras para no perjudicar a Arenas. Pero no impidió que el PP perdiera más de 400.000 votos con respecto a las generales. Aunque Rajoy insista en que el ciudadano distingue entre unos comicios y otros, esta también es una prueba para sus políticas. Sobre todo teniendo en cuenta que su partido ha presentado a Juan Manuel Moreno, un candidato de perfil más bien bajo, para lo bueno y para lo malo. Sin mancha, pero sin destellos. Lo contrario de Arenas.

En la carrera electoral andaluza, el PP se ha ensañado especialmente con Ciudadanos, el partido que ha cotizado al alza en las encuestas. La sorpresa como posible pieza clave para gobernar en Andalucía (casi se da por sentado que pactará de forma puntual con el PSOE) y como canalizador del voto indignado de centro.

Fragmentación del voto

Estas elecciones pueden ser el bautismo de la fuerza liderada por Albert Rivera. Porque pocos se tomaron a Podemos en serio hasta que consiguieron escaños en el Parlamento Europeo. Para los de Pablo Iglesias esta es también una prueba de fuego. Las europeas a menudo se interpretan como lugar habitual para el pataleo exótico del electorado. Las autonómicas son otra cosa. Podemos comprobará si la exhibición de Dos Hermanas se traduce en papeletas. Y también determinará si Izquierda Unida, socio del PSOE por excelencia en Andalucía, sobrevive a la fragmentación o se convierte en un partido más bien residual.

El PP gobierna en todas las capitales de provincia andaluzas. Pero le cuesta entrar en las ciudades medianas, donde se mezclan lo rural y lo urbano, donde resiste el PSOE. Pero esta votación va más allá de las fronteras de Andalucía. El último barómetro del CIS rebosaba de indecisos. Ellos dirán si se rompen las costuras.

22-M: Elecciones en andalucía

La mayoría absoluta está en 55 escaños

El Parlamento andaluz se compone de 109 diputados, con lo que la mayoría absoluta está fijada en 55 diputados. En las anteriores autonómicas, el PP conquistó 50, el PSOE logró 47 y 12 fueron para Izquierda Unida. Según los sondeos, ningún partido obtendrá votos suficientes para gobernar en solitario. La encuesta del CIS les otorgaba a los socialistas 44 diputados, una cifra que no garantizaría la investidura de Susana Díaz como presidenta sin apoyos externos.