Rajoy desoye las críticas internas y no hará cambios en el PP

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID/LA VOZ

ESPAÑA

Diego Crespo | Efe

El presidente del Gobierno pedirá a la Junta Directiva Nacional «máxima unidad» y trabajo ante las elecciones de mayo

07 abr 2015 . Actualizado a las 11:16 h.

Aquí no pasa nada. Ni el hundimiento electoral en Andalucía ni las voces críticas que piden una renovación en la cúpula del partido ni la crisis desatada este fin de semana con el enfrentamiento abierto entre María Dolores de Cospedal y Javier Arenas van a mover un ápice a Mariano Rajoy. No va a hacer cambios en la dirección y va a mantener su estrategia electoral basada en poner en valor la recuperación económica y la creación de empleo. Así lo dejó claro ayer en una entrevista concedida en vísperas de la celebración de la junta directiva nacional. De esta forma, rebajaba las expectativas sobre lo que pueda dar de sí la primera reunión en dos años del máximo órgano entre congresos, en la que pretende transmitir una imagen de unidad en plena tormenta interna, para lo que hará un llamamiento a sus casi 600 integrantes a cerrar filas ante las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo.

El líder del PP señaló que tanto el Gobierno como el partido «están funcionando muy bien» y, por tanto, no tiene sentido improvisar y hacer cambios, si acaso «pequeños ajustes», pero no sustanciales, para «intentar mejorar las cosas». Mantendrá el mismo equipo, porque «somos las mismas personas que ganamos en el 2011 las elecciones generales y conseguimos los mejores resultados en unas elecciones autonómicas y municipales».

Discusiones no aportan nada

No quiso referirse a la crisis abierta en la cúpula popular, limitándose a decir que «siempre puede haber discrepancias sobre uno u otros temas», pero se mostró satisfecho de la unidad que está manteniendo el PP en estos momentos. Adelantó, en todo caso, que pedirá hoy «el máximo esfuerzo, la máxima dedicación y desde luego la máxima unidad dentro del partido». Rajoy incidió en que «la gran preocupación de la gente es su vida» y la suya, «mantener el ritmo de crecimiento económico y de creación de empleo» y no las discusiones internas, porque «no aportan nada».

La reunión de la junta directiva nacional, convocada por Rajoy para dar el pistoletazo de salida de cara a las elecciones, tiene lugar después de que la mano derecha de Cospedal, la portavoz del PP en Castilla-La Mancha y senadora, Carmen Riolobos, emitiera un comunicado incendiario en el que acusaba a los que «perdieron en Andalucía» de «desestabilizar el PP», en referencia a Arenas, al que no citaba. Acto seguido, otro hombre de su máxima confianza, el portavoz popular en el Congreso, Agustín Conde, respaldaba a Riolobos, dejando claro que esta hablaba por boca de la secretaria general. El PP andaluz respondió, a través de su número dos, Loles López, advirtiendo contra «las guerras de familias y de egos».

Descontento con Cospedal

La mayoría de los barones están descontentos con la gestión de Cospedal en la secretaría general, a la que acusan de no ocuparse lo suficiente del cargo, que tiene que compatibilizar con la presidencia de Castilla-La Mancha. Ahora no entienden lo que consideran una salida de tono injustificable antes de la junta directiva. Hace unos días, Rajoy tuvo que salir a respaldarla públicamente tras el amago que hizo de abandonar el cargo. No puede de ningún modo relevarla cuando debe afrontar unas difíciles elecciones en poco más de un mes.

Insistencia en la recuperación y el empleo

Rajoy está dispuesto a mantener el discurso de la recuperación y la creación de empleo como principal baza electoral, a pesar de que a algunos barones les parece insuficiente. La candidata a la alcaldía de Madrid, Esperanza Aguirre, lo ha dicho, señalando que el PP debe dar también la batalla ideológica. El presidente reafirmó su estrategia en la quinta entrevista que concede en este decisivo año electoral, frente a las tres del 2014. Explicó que al PP «le ha tocado una vez más bailar con la más fea» cuando llegó al Gobierno, con un país al borde de la quiebra. Esa fue la causa de que tomara muchas decisiones «difíciles», «contrarias a lo que habíamos dicho», «que no nos gustaban», lo que «lógicamente produce su desgaste y su costo político». Pero se evitó el rescate y ahora las cosas han cambiado y la economía va a crecer al menos el 2,4 % y se van a crear medio millón de empleos este año. Confía en que la recuperación sirva para recuperar a muchos de los votantes decepcionados. «Lo peor que nos puede ocurrir es cambiar la política económica, que ha funcionado», afirmó. En esa línea, el PP hizo público ayer un vídeo en el que destaca los datos del empleo y la Seguridad Social de marzo y subraya: «Ahora más que nunca no debemos parar».

Consciente de que el PP sufrirá un retroceso respecto a los resultados espectaculares del 2011, Rajoy aseguró que su objetivo es ser la primera fuerza política en las municipales y autonómicas y evitó criticar a Ciudadanos, con el que podría tener que llegar a acuerdos para mantener algunas plazas importantes, como Madrid y Valencia. «Gobernar es muy difícil, en cambio hablar y comentar es bastante más fácil, todo el que aparece nuevo tiene el beneficio de la duda, estos de Podemos van a arreglar el mundo, Ciudadanos también, antes UPyD...», afirmó. Rajoy respaldó a los secretarios generales del PP tras las acusaciones de Luis Bárcenas y recordó que ya reconoció errores y equivocaciones respecto al extesorero en su comparecencia parlamentaria en agosto del 2013 porque «estuvo mucho tiempo en el partido y no supimos ver algunas cosas». «Yo ya he me autocriticado muchas veces en este asunto, lo que no tiene sentido es que lo hagamos todos los días», concluyó.