Al mismo tiempo que Mariano Rajoy anunciaba el adelanto de la rebaja fiscal prevista para el 2016 a este 1 de julio, elevaba la previsión de crecimiento para este año del 2,9 % al 3,3 % y tras una nueva baja del paro registrado, el fantasma de Luis Bárcenas regresaba de nuevo para ponerle en aprietos. La corrupción, como ha reconocido el presidente del Gobierno, está pasando factura electoral al PP y el extesorero es uno de sus mayores símbolos. Ayer el propio Rajoy se lamentaba sin citarlo de «daño que han ocasionado a la imagen y al crédito de nuestro partido los comportamientos intolerables de algunos que decían ser nuestros compañeros».
«No tiene credibilidad»
Mientras, el PP volvió a tirar de argumentario para repetir que la caja B no es del partido sino de Bárcenas. Así lo hizo el portavoz en el Congreso, Rafael Hernando, que le acusó de «intentar eludir sus responsabilidades» con su defensa, por lo que no merece ningún tipo de credibilidad. Hernando le conminó a decir a la sociedad española cuándo devolverá el dinero «que tiene en Suiza y cuyo origen desde el PP desconocemos». El vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado, lo acusó de intentar «emborronar» a otras personas con una trayectoria intachable. El diputado popular Eugenio Nasarre fue más lejos y calificó a Bárcenas de «mentiroso», «desalmado» y «sinvergüenza». El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, señaló que el escrito introduce «pocas novedades» y recordó que «el denunciado es él».
Los socialistas, por su parte, apuntaron a Rajoy. El secretario de Política Federal, Antonio Pradas, le pidió que explique la supuesta caja B del PP desde 1982 y que «deje de utilizar a su grupo mayoritario» en el Congreso «como trinchera». La exministra Carme Chacón aseguró que lo expuesto por Bárcenas evidencia que el PP tiene que «regenerarse en la oposición» porque «no hay ningún español, ni siquiera de los que le han votado, que no tenga claro» que se financió ilegalmente.
Muy duro se mostró el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, al afirmar que, si se confirma lo que dice Bárcenas, Rajoy, quedaría «inhabilitado» para optar a la reelección.