Un resultado que amenaza con la inestabilidad económica

ESPAÑA

Los cuatro primeros partidos
La Voz

La precariedad de los apoyos con los que contaría el Gobierno y el desafío secesionista catalán complicarían mucho la situación

14 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El escenario que dibuja la encuesta de Sondaxe plantea una situación con fuerte peligro de inestabilidad política y económica, al margen de quién forme  el Ejecutivo, dado lo precario de los apoyos con los que contaría el presidente del Gobierno. La situación es especialmente compleja en un período en el que se avecinan profundas transformaciones en la Unión Europea, en donde la ausencia de un Gobierno fuerte debilitaría a España, y en el que, en lo económico, el país afronta el reto de consolidar la recuperación, avanzar en las reformas y reducir el paro.

Presión sobre Rajoy

En el caso del PP, a priori su única posibilidad de gobernar pasaría por lograr un acuerdo con Ciudadanos y por que el resto de partidos sean incapaces de articular una alternativa. Se trataría de un Gobierno en minoría con solo 162 escaños, a los que solo podrían sumarse Coalición Canaria y UPyD, y tendría por ello graves dificultades para sacar adelante los proyectos de ley y los Presupuestos. Enfrente tendría un amplio grupo de izquierda formado por el PSOE, Podemos e Izquierda Unida, y otro bloque nacionalista, tanto o más crítico, integrado por CDC, ERC, PNV, Amaiur y BNG. Y, aún así, tampoco habría que descartar que Ciudadanos exigiera que Rajoy renunciara a la presidencia en favor de otro candidato del PP como muestra de regeneración, tal y como ha ocurrido en algunas comunidades como La Rioja.

Arriesgado para Pedro Sánchez

No menos riesgos entrañaría la opción de un Gobierno de izquierda encabezado por el socialista Pedro Sánchez, que se convertiría así en el primer presidente que llega al Gobierno sin ganar las elecciones. La suma del PSOE, Podemos e Izquierda Unida daría, según Sondaxe, una cifra de 160 escaños, dos menos de los que alcanzan el PP y Ciudadanos. A partir de ahí, sus únicos posibles aliados de izquierda serían los independentistas de ERC, el BNG y Amaiur, con los que alcanzaría 173 escaños, a solo tres de la mayoría absoluta. 

Pero ese Gobierno multipartido estaría sometido también a fuertes tensiones, con la amenaza permanente de ruptura en caso de que no se satisfagan las reivindicaciones de los nacionalistas y probablemente dividiría al PSOE. La formación de un Ejecutivo de estas características supondría un giro radical en la política económica y el abandono de las posiciones de Rajoy, próximas a la austeridad alemana. 

Todo este complejo panorama se produciría, además, en medio de una fuerte tensión territorial como consecuencia de la probable formación de un Gobierno favorable a la independencia en Cataluña, dispuesto a iniciar lo que denominan «desconexión» con España. Los mercados han dado ya señales de que este proceso podría afectar muy negativamente a la confianza en España. Pero si a ello se suma la formación de un Gobierno débil en Madrid, la situación podría complicarse mucho más y traducirse en una pérdida de credibilidad.

Apoyo a la gran coalición 

Estas son los escenarios más probables en función de las afinidades ideológicas de los distintos grupos que optan a entrar en el Congreso. Pero es indudable que, en caso de que la aritmética parlamentaria fuera finalmente la que refleja la encuesta de Sondaxe, las presiones de los poderes económicos, nacionales e internacionales, para que se formara una gran coalición entre PP y PSOE como única posibilidad de garantizar la solidez del Gobierno, serían enormes. Ese acuerdo sumaría una mayoría de 203 diputados, lo que no solo garantizaría la estabilidad política y económica, sino que serviría para hacer frente desde una amplísima mayoría parlamentaria al desafío secesionista que planteará el Gobierno de la Generalitat.

Y, por último, tampoco habría que descartar la peor de las opciones posibles, que sería la de que ningún candidato lograra apoyos suficientes para ser investido, lo que abocaría a una repetición de las elecciones que tendría igualmente un fuerte coste económico para España.