La fiscal del caso Madrid Arena: «La tragedia no fue un mero accidente, sino una imprudencia»

EFE / Europa Press

ESPAÑA

Fernando Villar | efe

«Las conductas fueron descuidadas y negligentes causando la muerte de cinco jóvenes», ha manifestado la representante de la Fiscalía durante la primera jornada de los informes finales

03 may 2016 . Actualizado a las 19:56 h.

La Fiscalía condideró este martes en el juicio del Madrid Arena que la avalancha que costó la vida a cinco jóvenes «no fue un mero accidente, ni una fatalidad, sino que fue una imprudencia» debido a las «conductas descuidadas y negligentes» de los acusados, que crearon un peligro para la vida de los asistentes.
«Han quedado acreditadas las conductas descuidadas y negligentes» de los trece acusados, ha manifestado la fiscal Ana Muñoz en la primera jornada de los informes finales, tras recordar que el Ministerio Público no acusa al exjefe de la Policía Municipal Emilio Monteagudo ni al técnico de operaciones de la empresa municipal Madrid Espacios y Congresos (Madridec), José Ruiz Ayuso.

En su opinión, los acusados «crearon un peligro para la vida de los asistentes y no neutralizaron el riesgo» que finalmente causó la muerte de las cinco jóvenes, cuando ellas acudieron a la fiesta de Halloween «con la confianza de que su seguridad estaba garantizada». «Los acusados debieron advertir de la presencia de un peligro, porque entendemos que las muertes y lesiones eran evitables», ha destacado la representante del Ministerio Público. 

De entre los procesados, ha destacado la responsabilidad en la tragedia del promotor Miguel Ángel Flores como «causante del sobreaforo que lleva a una masificación que se hace insoportable para los asistentes».
En cuanto al resto de los procesados, ha subrayado su responsabilidades por el cierre de vomitorios, por la apertura de puertas indebida, por la ausencia de vigilantes en el cuarto de cámaras así por su incumplimiento en el deber de vigilancia y coordinación.

Pese a reconocer que «no se puede saber con exactitud» cual fue el número de asistentes, la fiscal ha considerado como «dato crucial» que Flores vendió un mínimo de 16.661 entradas y no 22.800, como recogía en su escrito de acusación provisional, para un evento que tenía un aforo máximo de 10.620 personas. Ha señalado que el promotor tenía un «claro interés» para masificar la pista central del pabellón: realizar el «número de la barca» del DJ Steve Aoki. A lo largo de la vista oral, varios testigos relataron que, justo cuando la pista estaba abarrotada, alguien lanzó desde el escenario una barca al público para que el dj pudiera subirse a ella y pasearse así sobre los asistentes.

«Mala praxis» de los doctores Viñals

También ha asegurado este martes la fiscal del caso que los doctores Simón Viñals y su hijo Carlos, responsables de la enfermería que se instaló en el recinto municipal, incurrieron en «una mala praxis médica» durante la atención a dos de las víctimas mortales, dado que diagnosticaron que estaban muertas cuando estaban en parada cardiorrespiratoria.

En la exposición de su informe de calificaciones, ha cargado contra la actuación médica de Simón Viñals, quien por su edad no estaba capacitado para dirigir el botiquín médico de la fiesta. Además, ha criticado que el equipo médico estuviera formado por cuatro personas, entre ellas un ATS de 81 años, poniendo en duda las afirmaciones de Viñals, que declaró haber sido informado de la presencia de entre 4.000 y 6.000 personas en el evento. Al respecto, ha reseñado que este extremo no aparece en los correos que Viñals intercambio con la secretaria de Miguel Ángel Flores.

Así, ha reseñado que su actuación fue «descuidada» y «negligente», indicando que la obligación del personal sanitario debe ser poner los medios necesarios y proporcionar a los pacientes todos los cuidados. «El tratamiento fue pobre e insuficiente al estar en parada. Ambos incurrieron en una mala praxis médica. Simón Viñals dada su edad sobrepasaba su capacidad», ha dicho.

De este modo, ha aseverado que el tratamiento que dieron a Katia Esteban y Rocío Oña fue «inadecuado» e «incorrecto» desde el punto de vista médico. «No lo dieron todo como sí hizo el Samur», ha recalcado la fiscal. «Este error de diagnóstico fue inadmisible e inexcusable», ha apostillado.

Aludiendo al informe forense, ha señalado que se confirmó la mala asistencia sanitaria a las niñas. «El hecho de que no redactaran un informe muestra la desidia y pasividad de la intervención médica. Hay numerosos indicios que demuestran que no actuaron correctamente. Nadie les dijo a los del Samur qué se había hecho», ha agregado.

La fiscal también ha dicho que parece que no sabían cómo se utilizaba el desfibrilador, ya que no había marcas en los cuerpos de las menores. Pero sí las hubo cuando lo emplearon los facultativos del Samur. Y ha cuestionado igualmente que pusieran a las menores ampollas de adrenalina por vía intramuscular.

Simón Viñals y su hijo Carlos se enfrentan a una pena de un año y medio de cárcel por un homicidio imprudente grave. La fiscal solicitaba inicialmente para ellos una pena de dos años y medio de prisión.