Los primeros deberes del presidente a su Gobierno son activar el Pacto de Toledo, impulsar el diálogo social y negociar con el resto de las fuerzas un sistema de financiación «estable y fiable»
05 nov 2016 . Actualizado a las 09:51 h.«Hablar mucho, dialogar mucho, pactar mucho, consensuar mucho». Esos son los consejos que dio ayer Mariano Rajoy a los ministros de su nuevo Gobierno. A pesar de admitir que se trata de un Ejecutivo «continuista» en lo que se refiere a la recuperación económica, la creación de empleo y las reformas, el presidente del Gobierno es consciente de su situación de minoría parlamentaria y de que, por tanto, la gestión y las formas políticas tendrán que ser muy distintas a las que han marcado la pasada legislatura. Algo que para los siete ministros que proceden de la anterior etapa supondrá cambiar de chip, mientras que los seis recién llegados podrán ejercer el diálogo desde el primer día, sin necesidad de demostrar un cambio de talante.
Reforma de la financiación
Ese giro comenzó ayer tras la primera reunión del Consejo de Ministros con la comparecencia del nuevo portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, que, aunque justificó la continuidad de más de la mitad del Gabinete asegurando que «las cosas que van bien no hay que cambiarlas», expresó la voluntad de diálogo y «colaboración» del Ejecutivo. Explicó que en la primera reunión del equipo de Gobierno, en la que no se tomó acuerdo alguno, Rajoy les deseó a todos «mucha suerte» y les agradeció haber aceptado sus respectivas carteras.
Pero esa primera cita sirvió también para que el presidente empezara a poner deberes a sus ministros, marcando así una agenda política que Rajoy quiere acelerar, después de once meses de Gobierno en funciones. Las prioridades son en este momento la activación del Pacto de Toledo para evaluar el futuro de las pensiones, el diálogo social y la negociación con el resto de los grupos de un sistema de financiación autonómica «estable y fiable». En este último aspecto, el portavoz precisó que Sáenz de Santamaría, responsable a partir de ahora de la política territorial, llevará la voz cantante en la negociación política, aunque trabajará codo con codo con el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, encargado de cuadrar los números. No aclaró si la anunciada conferencia de presidentes autonómicos se celebrará antes o después de que se inicien esas negociaciones. Respecto a la reunión con Rajoy que ha solicitado el presidente catalán, Carles Puigdemont, que ya ha anunciado que no acudirá a la conferencia de presidentes, indicó que Rajoy le recibirá «cuando la agenda se lo permita» porque su idea es «hablar con todos». Pero advirtió que sería conveniente que Puigdemont acudiera a esa reunión «sin líneas rojas». «Si uno tiene muchas líneas rojas acaba pareciendo la bandera de la Unión Soviética» añadió.
Méndez de Vigo rebatió las críticas a la supuesta falta de voluntad de diálogo del nuevo Gobierno que denuncian los socialistas. «No sé de dónde saca el PSOE que no es colaborativo, pero desde aquí, expresar la voluntad de colaborar con el PSOE», señaló.
Pero, de momento, sigue reinando la desconfianza, y no solo en el PSOE. La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, afirmó que Rajoy ha hecho un Gobierno «para arreglar sus problemas de partido». Una opinión en la que coincidió el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, quien dijo que Rajoy «ha pensado más en colocar y hacer equilibrios dentro del PP que no seguramente en afrontar los retos que España necesita».