La víctima apareció calcinada el pasado 4 de mayo en el maletero de un vehículo
14 may 2017 . Actualizado a las 09:20 h.Los Mossos d'Esquadra han detenido a dos agentes de la Guardia Urbana de Barcelona, un hombre de 36 años y una mujer de 33 años, por su presunta implicación en la muerte de otro agente de este mismo cuerpo, han explicado fuentes cercanas al caso.
Se trata de un hombre que apareció calcinado el pasado 4 de mayo en el maletero de un vehículo en una pista forestal de Castellet i la Gornal (Barcelona). El cadáver correspondía a un agente de la Guardia Urbana que fue apartado del cuerpo por agredir a un motorista y que actualmente era pareja de una agente víctima de una «pornovenganza» por parte de otro policía. Esta agente es la que ha sido detenida.
La policía autonómica investiga ahora, entre otras circunstancias, si la otra persona detenida por este crimen, un agente de 36 años, mantenía a su vez una relación sentimental con la mujer. La relación entre la agente detenida y el fallecido hace que los Mossos aprecien en el caso un móvil sentimental, aunque la investigación continúa abierta. Pese a que el cuerpo estaba calcinado en el maletero del coche, los investigadores supieron la identidad del fallecido porque el vehículo está registrado a su nombre y, además, porque el cadáver tenía una prótesis en la espalda, como la que le habían colocado al urbano tras ser operado en octubre pasado.
El guardia urbano fallecido es uno de los dos agentes de la Policía local barcelonesa que fue apartado temporalmente del cuerpo el pasado año, a raíz de una denuncia de Asuntos Internos por agredir y humillar supuestamente a un motorista, que se saltó un control rutinario de tráfico el pasado 15 de agosto en la carretera de L'Arrabassada de Barcelona. El motorista renunció a acusar al policía y tras archivarse la causa penal los dos agentes fueron readmitidos en la Guardia Urbana.
Se da el caso de que la actual pareja del fallecido era también una agente de la Guàrdia Urbana de Barcelona que supuestamente fue víctima de un caso de «pornovenganza» por parte de un subinspector del cuerpo que, tras romper en el 2008 la relación sentimental que mantenían, difundió fotos de contenido sexual de la mujer de forma masiva a sus contactos desde su ordenador de la comisaría, ya que conocía su contraseña.
El juicio contra el subinspector se tenía que haber celebrado el pasado viernes 28 de abril, si bien se pospuso, cuando todas las partes ya estaban en el juzgado, hasta el próximo 15 de mayo porque la Fiscalía rebajó a última hora su petición inicial de tres a dos años de cárcel por un delito contra la integridad moral.