El PP acusa a Ciudadanos de populistas y de funcionar como una «veleta»

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID | LA VOZ

ESPAÑA

FERNANDO VILLAR | EFE

Maíllo presiona a Inés Arrimadas para que deje de ser «una estatua de sal» y pruebe fortuna en una investidura

20 mar 2018 . Actualizado a las 12:07 h.

El PP continúa con su estrategia de contención la amenaza de Ciudadanos. Especialmente tras la publicación esta mañana del último barómetro del CIS, que recoge la tendencia al alza de la formación de Albert Rivera, que se convertiría en la tercera fuerza más votada, por delante de Podemos, aunque mucho menos agresiva que lo publicado en otros trabajos demoscópicos recientes, que incluso la llegaron a situar en cabeza. En Génova no están dispuestos a conceder ni un solo centímetro más, tal y como se pudo comprobar este lunes tras el comité de dirección del partido. El coordinador general, Fernando Martínez-Maíllo, criticó con dureza la actitud de Ciudadanos en todos y cada uno de los temas de actualidad, acusándolos de ser un partido «veleta» y de representar una nueva cara del populismo.

Maíllo cargó contra ellos en la prisión permanente revisable. «Somos el único partido que sigue defendiendo lo mismo. No somos una veleta. Tomamos decisiones y las mantenemos. Somos previsibles y no cambiamos nuestras decisiones, ni por capricho, ni mucho menos por razones electorales», dijo, en clara referencia al partido de Rivera, que en una votación reciente en el Congreso se abstuvo, favoreciendo su posible derogación.

Ciudadanos fue objeto de ataques hasta en la cuestión catalana, un campo en el que en teoría siempre han caminado juntos. Maíllo lamentó que en su día «tuvieron que esperar» por sus socios del 155. «No lo querían», dijo, y ensalzó la acción del Gobierno de recurrir ante el Constitucional la investidura de Puigdemont: «Ahora hemos tenido que tomar una decisión difícil, pero hemos conseguido que el señor Puigdemont esté más acorralado que nunca».

Además, el dirigente popular aprovechó para insistir en que la candidata de C’s en Cataluña tome la iniciativa y se presente a una investidura. «No estaría mal que la señora Arrimadas dejara de hacer la estatua de sal», presionó, apuntalando uno de los mensajes más repetidos en las últimas jornadas desde Génova 13.

El PP también intenta desenmascarar un doble juego de Ciudadanos, acusando a su rival de ser capaz de realizar un acercamiento a Podemos para modificar la ley electoral, buscando su propio beneficio, pero descartar que este entendimiento pueda trasladarse a otros campos, como la posibilidad de que Iglesias respalde esa hipotética investidura de Arrimadas para intentar doblegar a los independentistas en el Parlamento catalán. «C’s y Podemos representan una parte del populismo, cada uno en su ámbito», denunció. Maíllo les invitó a trasladar el debate de la reforma electoral en una subcomisión del Congreso.

Maíllo, que anunció que en los planes inmediatos del Gobierno se encuentra la presentación de los nuevos Presupuestos para finales de marzo, garantizó que a la cúpula del PP no habían llegado quejas de ningún barón territorial por las palabras de Montoro de la semana pasada en las que abrió la puerta a una posible condonación a las Comunidades que arrastran más deuda con el Estado.

Por último, el coordinador general del PP tildó de «ocurrencia» la posibilidad de que Puigdemont sea investido presidente de la Generalitat de forma simbólica, y que en Cataluña se constituya un Gobierno ejecutivo. «El único válido es el del Parlament. Todo lo demás no existe», zanjó.