El presidente regresa hoy para poner orden en el Gobierno

G. B. MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Pedro Sanchez y su esposa, Begoña Gómez, junto al sendor Kevin de León, en Los Ángeles
Pedro Sanchez y su esposa, Begoña Gómez, junto al sendor Kevin de León, en Los Ángeles BALLESTEROS | Efe

Los casos de descoordinación ensombrecen el periplo de Pedro Sánchez por Norteamérica

01 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, retoma su agenda política en España tras regresar de una larga gira de una semana por Canadá y Estados Unidos. El líder socialista aterriza hoy en Madrid con la intención de enderezar las numerosas crisis internas que se han abierto durante su ausencia, que han ensombrecido en buena parte los resultados de un periplo con el que el presidente pretendía reforzar su imagen internacional y dar muestras de la fortaleza de su Ejecutiva, más allá de que cuente solo con 84 diputados. Las contradicciones en las que han entrado algunos miembros del Gobierno, así como los evidentes fallos de comunicación en torno a los casos que afectan a la ministra de Justicia, Dolores Delgado, o al responsable de Ciencia y Universidades, Pedro Duque, han dejado claro que el Ejecutivo depende en exceso del liderazgo del propio Sánchez. Su ausencia ha evidenciado una falta de rodaje y de coordinación en los mensajes.

Frente a su intención de reivindicar en todos los foros internacionales, incluida su primera participación en la Asamblea General de la ONU, que el suyo es un Gobierno con vocación transformadora de España, marcado por la defensa de los derechos de la mujer, con el Gabinete con más ministras del mundo, la mejora del estado del bienestar, la lucha contra la pobreza o el sesgo ecologista, el jefe del Ejecutivo se ha visto obligado en las ruedas de prensa a dedicar más tiempo a tratar cuestiones internas de la política española, como la crisis en Cataluña, así como a defenderse de la presión de la oposición contra su Ejecutivo, que a promocionar su propia figura. La orden que envió desde Estados Unidos fue que el Gobierno resistiera a toda costa, evitando una tercera dimisión en el Gabinete, que habría supuesto un golpe letal contra su credibilidad. De ahí que, tanto en el caso de Delgado como en el de Duque, el apoyo del partido y del Ejecutivo fuera más nítido que en los de Màxim Huerta o Carmen Montón. Pero lo que se encontrará Sánchez a su llegada es que tanto el PP como Ciudadanos van a redoblar los ataques contra él por sostener a dos ministros bajo sospecha y con una estrategia de acoso parlamentario, exigiendo la convocatoria inmediata de elecciones.