El PP copiará en Andalucía la campaña electoral que llevó a Feijoo a la Xunta

Francisco Balado Fontenla
fran balado MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

EUROPA PRESS

Monta cuatro caravanas paralelas para abarcar más territorio y modular su mensaje

13 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En menos de tres semanas, Pablo Casado se medirá a su primer gran test electoral desde que este verano asumió la presidencia del PP. A nadie se le escapa que las andaluzas del próximo 2 de diciembre son mucho más que unas autonómicas, por lo que Génova ha dado la orden de concentrar todos los esfuerzos en esta cita electoral. «El presidente ha dado instrucciones de que el PP se vuelque en la campaña», admite un alto cargo del partido. Aunque de forma oficial la dirección no admite el siguiente orden, el gran objetivo es defender su posición como segunda fuerza más votada y abortar la amenaza de sorpasso de Ciudadanos. Y en segundo lugar, desalojar al PSOE del Gobierno gracias a un acuerdo con los de Albert Rivera.

Casado es consciente de que se juega mucho. Necesita fortalecer su posición interna demostrando ante los suyos que es el indicado para acabar con la sangría de votos a la que asiste el PP en los últimos años. Para lograrlo, ha encargado a su gente de confianza planificar la mejor de las campañas. Y para inspirarse, la dirección ha viajado en el mapa y en el tiempo hasta la Galicia de febrero del 2009 para dibujar una campaña a imagen y semejanza de la que sirvió a Feijoo para conquistar la Xunta.

Son muchas las similitudes con aquel entonces. Hace casi diez años, Rajoy llegaba muy cuestionado por el sector del partido liderado por Esperanza Aguirre debido a sus malos resultados electorales, por lo que el expresidente del Gobierno decidió volcarse en la campaña de su tierra natal para tratar de poner fin al bipartito gallego y, de paso, fortalecer su liderazgo en Madrid.

Reunión entre Feijoo y Rajoy

Rajoy y Feijoo se reunieron en el puente de la Inmaculada del 2008, dos meses antes del inicio de la campaña, y acordaron organizar dos caravanas en paralelo que solo coincidirían en los grandes mítines. El primero, a pesar de ser uno de los mayores exponentes del birrete, se centraría en las aldeas. Jornadas de más de 500 kilómetros por carreteras secundarias tocando las puertas de algunas de las aldeas más remotas de Galicia para pedir el voto contra Zapatero. Rajoy fue recibido muy bien en los pueblos. Más por necesidad que por otra cosa, el bilingüismo armónico rozó su máxima expresión cuando los paisanos le paraban por la calle para comentarle cualquier asunto en gallego, y este respondía en el único idioma que domina. Por su parte, el actual presidente de la Xunta fue el encargado de luchar por el voto urbano, localizando todos sus esfuerzos en las siete ciudades y en las grandes villas gallegas. Lo cierto es que no les fue mal, y a pesar de que las primeras encuestas no le otorgaban el triunfo, Feijoo acabó conquistando Monte Pío. Hasta ahora.

Alfonso Rueda fue el responsable de dibujar aquella campaña desde Galicia en concordancia con Juan Carlos Vera, máximo responsable en Madrid. Este último, que también estará a cargo de la andaluza, admite muchas similitudes con entonces, aunque recuerda que Fraga y Aznar fueron los que comenzaron a esbozar esta táctica bicéfala. También apunta que en esta ocasión el PP redoblará su apuesta y pondrá en marcha cuatro caravanas paralelas que, salvo en los grandes mítines, nunca coincidirán en la misma provincia. Una con el candidato Moreno Bonilla, que jugará con el mensaje más andalucista. Otra liderada por el propio Casado, que hablará en clave más española. Una tercera con el secretario general, Teodoro García Egea, que tendrá libertad para desempeñar un perfil más agresivo. Y una cuarta liderada por vicesecretarios y otros altos cargos.