Miles de personas comparten una carta dirigida a Pablo Iglesias señalándole como responsable del auge de la extrema derecha en Andalucía

Manuel Varela
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En Sedella nunca hubo lugar para la derecha. El alcalde de Izquierda Unida se hizo con seis de los siete concejales del consistorio, donde solo hay una persona en la oposición, del Partido Andalucista. El PSOE se llevó 33 votos y el Partido Popular solo dos. Solo tres años después, el ala conservadora es mayoritaria en este municipio del oriente malagueño. Y no solo eso, la ultraderecha multiplicó por 28 sus resultados en las elecciones autonómicas de este domingo. «¿No le asombra eso, señor Iglesias? ¿No le dice nada que un pueblo de rojos se haya convertido en facha de la noche a la mañana?». Las preguntas retóricas son de un médico y escritor malagueño que pasa sus veranos en este pequeño ayuntamiento de apenas 600 habitantes. Juan Manuel Jiménez Muñoz publicó una carta dirigida al líder de Podemos, reprochando el discurso de la formación morada que, a su entender, permitió el auge de la extrema derecha en Andalucía, donde el partido de Santiago Abascal irrumpió con doce diputados en el parlamento de la región.

[Lee aquí la carta a Pablo Iglesias]

La misiva tiene más de 17.000 interacciones y ha sido compartida en 18.800 ocasiones, además de haber sido reenviada por grupos de WhatsApp. Un canal, por cierto, que le sirvió a Vox para expandir su propaganda durante la campaña, emulando la vía empleada por el ultraderechista y homófobo Jair Bolsonaro, recientemente elegido presidente de Brasil. Jiménez Muñoz interpela a Iglesias para advertirle que «ese supuesto fascismo» ha nacido de su partido, errores y de «sus propias contradicciones».

El escritor cita varios elementos que, según él, han propiciado el malestar de los votantes que prefirieron la extrema derecha a la izquierda. «Cuando usted dice que no puede pronunciar la palabra España porque le duele la boca, nace un fascista. Cuando una parlamentaria de Podemos retira la bandera española del Parlament Catalán, nace un fascista», continúa. El médico se acuerda también de Willy Toledo, Ada Colau, Dani Mateo, Pedro SánchezSusana Díaz o la casa que compró en Galapagar junto a Irene Montero: «Cuando usted predica pobreza y sobriedad pero se compra un chalé, nace un fascista».

«Señor Iglesias, ahórrenos ahora llantos y lamentos en las calles. Ahórrenos barricadas y carreras policiales. La movilización ha de hacerse antes de ir a las urnas, no después, cuando no gusta el resultado», apunta Jiménez Muñoz, luego de que las capitales andaluzas albergasen manifestaciones durante la jornada del lunes en protesta por la entrada de Vox al parlamento.

No ha sido el único en señalar a Pablo Iglesias. El presidente de Vox también ha aprovechado el foco mediático para avisarle de que le hará responsable de «todos los ataques, violencia y amenazas» que sufra su formación. El líder de Podemos, por su parte, respondió desde A Coruña, donde se encontraba visitando a los trabajadores de Alcoa, reconociendo que Podemos no consiguió los objetivos marcados: «En esto no hay excusas».

También Pablo Echenique, el secretario de Organización de Podemos, salió este lunes al paso de las críticas a la posición del partido, que perdió tres escaños en Andalucía hasta caer a la cuarta plaza. El diputado apeló a la autocrítica durante una entrevista concedida a la Cadena SER, si bien apuntó que el auge de Vox bebía de los poderes del Ibex-35 y la banca.

El voto contra los emigrantes

Vox ha cargado su discurso contra la inmigración. Las vehementes intervenciones de Santiago Abascal y Francisco Serrano, el candidato a la presidencia de Andalucía, generaron la percepción de una aparente «invasión». Los líderes de la ultraderecha llegaron a la comunidad anunciando una «reconquista» y, parte del electorado, se sintió atraído por ello. En la composición sociodemográfica de Sedella se cumple una de las claves del voto a Vox en estas elecciones: una alta población extranjera, superior al 35 %. Sin embargo, la mayoría proceden de países europeos, sobre todo el Reino Unido. Contrasta así con los grandes nichos de votantes obtenidos por Vox en Almería, especialmente El Ejido y Níjar, con una alta proporción de personas nacidas en Marruecos y estados subsaharianos.

En un nuevo guiño al pasado de Podemos -Vox mostró músculo por primera vez en Vistalegre, al igual que la formación morada-, Serrano manifestó que el voto a Vox era el de los «indignados». El análisis publicado este martes por La Voz, también recoge el «voto de ultimísima hora, fruto, quizás, del desafecto y el hartazgo», dice Ángel Cazorla, vicedecano de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad de Granada. También fue fundamental para su éxito la elevadísima abstención, que aumentó en once puntos respecto al 2015. Lo mismo en Sedella, donde se quedó sin votar el 34,95% del censo.

Otro de los atractivos que ha tenido Vox para su electorado es un nacionalismo incendiario, a favor de suprimir el estado de autonomías y, en el caso de Cataluña, hacerlo de forma indefinida. La presidenta Susana Díaz admitió este martes su error de pensar que la campaña de las elecciones debía hacerse «con acento andaluz», luego de que tanto Ciudadanos como Partido Popular y Vox acudiesen repetidamente a la situación catalana.

Allí, Abascal ha vaticinado ya que «muy pronto» habrá diputados de su formación «diciendo lo que nadie se atrevió a decir». «Nosotros no vamos a desembarcar en Cataluña porque nosotros estamos en Cataluña», apunta el presidente de Vox, que espera presentarse en todos los municipios catalanes en las elecciones locales de mayo del próximo año.