Felipe VI elogia la Constitución como «el gran pacto nacional de convivencia entre los españoles»

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

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06 dic 2018 . Actualizado a las 15:44 h.

«Moitas grazas». Fueron las últimas palabras pronunciadas por el rey Felipe VI en su discurso de este jueves en el Congreso por el 40 aniversario de la Constitución, subrayando la diversidad de España que afloró durante toda su intervención, como una de las grandes fortalezas de España.

El titular de la Corona manifestó, «una vez más», dijo, su «compromiso» con la Carta Magna. Un compromiso «institucional, pero también, sin duda, personal y moral».

Felipe VI plagó su discurso de intervenciones de los Padres de la Constitución, siempre orientadas a elogiar el éxito del texto de 1978, «el gran pacto nacional de convivencia entre los españoles», que reflejó a la perfección en unas palabras de Gabriel Cisneros: «La vehemente erudición de Fraga; el conservadurismo ilustrado y mordaz de Miguel Herrero; la templada displicencia gaditana y liberal -o sea, gaditana de Pérez-Llorca; el maritainismo -a veces un punto cándido, a veces un punto airado- de Peces-Barba; la catalanidad sutil, negociadora e implacable de Roca; la increíble tenacidad marxista de Solé; mi populismo antioligárquico, reformista, puritano y tradicional a un tiempo. Todo eso hizo la Constitución española de 1978. Todo eso, más la pasión española de los siete».

Felipe VI destacó también de la Carta Magna su espíritu de «reconciliación», que permitió mirar hacia el futuro, de «entendimiento», por el respeto a las opiniones contrarias, y de «integración» de toda la sociedad española.

El rey puso en valor que «el Camino recorrido por nuestra Constitución ha sido un gran éxito colectivo», pero puntualizó que este «no ha sido fácil», recordando a las víctimas del terrorismo y a las afrentas «muy graves, y muy serias, que han afectado a nuestra libertad y a nuestra convivencia», dijo, en lo que pareció una clara mención desafió secesionista.

Al concluir, el Hemiciclo celebró con un largo aplauso las palabras del monarca. Desde la bancada popular salió un grito de «¡Viva el rey!» y «¡Viva España!» seguido por multitud de voces.

Una de las que menos escatimó en aplausos fue la reina Letizia, a la que le costó abandonar la tribuna mientras le esperaba su marido.