Cinco millones de madrileños fijan este martes el nuevo marco de la política nacional

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Fernando Alvarado | Efe

El Gobierno refuerza las medidas de seguridad de la jornada electoral por el clima de crispación

04 may 2021 . Actualizado a las 08:42 h.

Tras una de las campañas electorales más crispadas de la democracia, un total de 5.112.658 ciudadanos censados en Madrid están llamados este martes a las urnas para decidir el resultado de unos comicios que trascienden el ámbito autonómico y van a definir un nuevo marco en la política nacional. La popular Isabel Díaz Ayuso parte con ventaja en los sondeos, pero la ajustada diferencia entre dos bloques ideológicos muy marcados impide descartar que la izquierda alcance una mayoría suficiente para gobernar. Por un escaso margen de votos, Ciudadanos podría contar con siete diputados o quedarse fuera de la Asamblea regional. Algo que puede ser decisivo para definir el color del futuro Gobierno de Madrid.

La campaña, vivida con una intensidad sin precedentes, ha estado marcada por hechos inusuales como las amenazas por carta a diferentes líderes políticos, el ataque con piedras a los candidatos de Vox en un mitin, por el que han sido detenidos dos trabajadores de Podemos, o la suspensión de los debates previstos tras el que se celebró el 21 de abril, ante la negativa del candidato de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, a debatir con Rocío Monasterio, de Vox, por dudar de la veracidad de las amenazas.

La crispación y el clima de máxima confrontación política hace que la seguridad se haya reforzado respecto a la que sería habitual en unos comicios autonómicos, según precisó la delegada del Gobierno en Madrid, Mercedes González. Esa intensidad hace prever también que la participación sea una de las mayores que se han registrado históricamente en la Comunidad.

 Las incógnitas de la jornada

La victoria de Díaz Ayuso está descontada tras unos sondeos que estiman que puede llegar a duplicar su actual representación de 30 diputados. La incógnita está en saber si los tres partidos de izquierda sumarán para gobernar o si el PP y Vox alcanzarán la mayoría absoluta, cifrada en 69 escaños. Y, en ese caso, si el partido de Santiago Abascal exigirá entrar en el Gobierno. El adelanto de las elecciones decidido por Díaz Ayuso conducirá a una legislatura inusualmente corta de solo dos años, porque los comicios madrileños tendrán que volver a celebrarse en el 2023.

En unas elecciones excepcionales no solo por eso, sino por celebrarse en un martes no festivo y en medio de una pandemia que obliga a tomar medidas excepcionales de distanciamiento para evitar la propagación del coronavirus, están llamadas a las urnas 53.406 personas más de las que fueron convocadas en los comicios del 2019, que ejercerán el voto en un total de 179 municipios de la Comunidad. Se constituirán para ello un total de 7.265 mesas electorales distribuidas en 1.084 locales. Se repartirán cinco millones de mascarillas quirúrgicas, dos millones de guantes y 45.000 pantallas de protección facial para los miembros de las mesas electorales. Al contrario que en las pasadas elecciones catalanas, no habrá equipos de protección individual (EPI).

El adelanto permite también a 119.664 jóvenes que han cumplido 18 años desde los comicios del 26 de mayo del 2019 ejercer el derecho al voto en Madrid dos años antes de lo que les correspondía.

Un empate a 68 entre los bloques de izquierda y derecha conduciría a una repetición de las elecciones

Entre los diferentes escenarios que pueden surgir este martes de las urnas no se puede descartar la posibilidad de un empate a 68 diputados entre los bloques de izquierda y derecha, que haría ingobernable la Comunidad de Madrid y abocaría a una repetición de las elecciones. De hecho, ese el pronóstico que hizo el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en su macroencuesta sobre los comicios autonómicos madrileños difundida del pasado 6 de abril.

La posibilidad del empate se produce por el hecho de que el número de diputados a elegir, al contrario de lo que sucede en otras comunidades, es par. En este caso, 136. Algo que también ocurre en el Congreso, en el que los escaños a repartir son 350, también par. El posible bloqueo ante un empate se incrementa por el hecho de que Ciudadanos, el único partido que a priori podría desequilibrar la balanza a izquierda o derecha, puede quedar fuera de la Asamblea, según casi todos los sondeos.

Pero, ¿qué ocurriría si en Madrid se diera ese escenario de empate? La Asamblea regional entraría previsiblemente en un proceso de votaciones fallidas para la investidura que, en el caso de que ninguna fuerza política cambiara de posición y se abstuviera para permitir gobernar al candidato del otro bloque —cosa muy improbable a la luz de la máxima confrontación que se ha visto en la campaña—, conduciría a una repetición de las elecciones.

 Dos meses para la investidura

El artículo 18 del Estatuto de Autonomía de Madrid indica que el presidente de la Comunidad será elegido en primera votación por mayoría absoluta. Es decir, un mínimo de 69 votos a favor. Si no alcanza esa cota en la primera votación, 48 horas después debe haber una segunda en la que solo se necesitaría la mayoría simple. Es decir, más síes que noes. Si el empate a 68 se mantuviera, transcurridos dos meses desde la primera votación sin que ningún candidato logre la investidura la Asamblea, según el Estatuto, «quedará disuelta, convocándose de inmediato nuevas elecciones».

Pero podría darse el caso de que en esos nuevos comicios desapareciera el problema, porque el número de escaños a repartir lo establece el artículo 10.2 del Estatuto, que indica que en la Cámara habrá un diputado por cada 50.000 habitantes o fracción superior a 25.000. En función de la evolución de la población madrileña, la cámara podría sumar un escaño en el tiempo necesario hasta la celebración de las elecciones, lo que dejaría la cifra en 137, rompiendo cualquier posibilidad de empate.