
Illa le insta a no repetir errores, porque «usted sabe que no habrá independencia»
21 may 2021 . Actualizado a las 14:08 h.El candidato de ERC, Pere Aragonès, será investido hoy presidente de la Generalitat, con los votos de Esquerra, Junts y la CUP, 74 escaños sobre 135. Es la mayoría más amplia desde la elección de Pasqual Maragall en el 2003. Aragonès defendió ayer su elección en la primera jornada del pleno de investidura, con un discurso en el que fijó las bases de su mandato. Se comprometió a «hacer posible la culminación de la independencia» a través de un referendo pactado con el Gobierno central.
Igual que el pacto de gobierno suscrito por Junts y ERC, Aragonès cargó su discurso de retórica independentista. No concretó cómo pretende culminar la secesión, más allá de fiar su agenda a la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat, en la que se propone obtener la autorización para ejercer la autodeterminación y la amnistía de los presos. El Gobierno insiste en que esas dos reivindicaciones no son posibles, pues escapan al marco de la Constitución.
Aragonès reclamó para Cataluña la misma vía que ya exploró en el 2014 Escocia. «Quiero un referendo de autodeterminación», expresó. «La Generalitat irá a la mesa de negociación para resolver de una vez el conflicto político con el Estado. Esta es mi obsesión», remató, y prometió impulsar un acuerdo nacional para la autodeterminación y la amnistía. El dirigente apeló también a los comunes para que se sumen al referendo.
Crisis en Junts
El mandato de Aragonès comenzará con problemas en uno de los dos socios de la coalición. En JxCat, hay sectores que no aprueban el acuerdo suscrito con Esquerra. Carles Puigdemont, presidente de Junts, mantiene un significativo silencio desde el lunes en que se presentó el pacto, lo que deja entrever que no es muy partidario. La renuncia de Elsa Artadi a ser la vicepresidenta y consejera de Economía refuerza la tesis.
En dos años, Aragonès tendrá que volver a solicitar la confianza de la Cámara y ese es el plazo que los secesionistas dan a la mesa de diálogo. Junts no cree en ella, pero Aragonès replicó ayer al juntero Albert Batet que el Gobierno central solo autorizará un referendo si el independentismo es capaz de acumular más fuerzas. Batet le recordó que tiene un mandato claro del 52 % de la ciudadanía con el 1-O y con la declaración unilateral del 2017. Y le advirtió con «no desviarse» del camino.
«Por primera vez en lo que llevamos de siglo XXI, Cataluña tendrá un presidente independentista y de izquierdas. De izquierdas e independentista», recalcó para visualizar que dará la misma importancia a las dos.
«Esta nueva Generalitat republicana mejorará el prestigio de la institución», incidió. Los cuatro ejes de su mandato serán, dijo, una apuesta social y de progreso, una agenda feminista, verde y la bandera de la amnistía y la autodeterminación. Y avisó que el «único límite» de su Ejecutivo será la «voluntad de la ciudadanía».
El líder del PSC, Salvador Illa, le avisó que diálogo y confrontación no son compatibles y le instó a no repetir los errores del pasado basados en «engaños» con el procés. «Habla de culminar la independencia. Eso no pasará, usted lo sabe, lo sabe todo el mundo», afirmó.
Borràs copia a Forcadell y no irá personalmente a la Zarzuela a informar al rey de la investidura
La presidenta del Parlamento catalán, Laura Borràs, avanzó ayer que no irá al Palacio de la Zarzuela a comunicar al rey Felipe VI la investidura de Pere Aragonès como presidente de la Generalitat: «Hay medios a nuestro alcance, como cartas o correos electrónicos, para poder hacer esta comunicación». Borràs rechazó reunirse con el rey para comunicarle lo que describió como un trámite, y dijo que cuando lo hizo como portavoz de Junts en el Congreso fue por otras razones. Durante la legislatura, se emplazó a defender la soberanía del Parlamento catalán.
En anteriores casos, el presidente de la Cámara solicitaba una reunión con el monarca con el fin de comunicarle la investidura de un nuevo presidente de la Generalitat. La tradición protocolaria se rompió en el 2012, cuando Juan Carlos I denegó audiencia a Núria de Gispert, entonces presidenta de la Cámara catalana, alegando motivos de salud. Con la investidura de Carles Puigdemont, la entonces presidenta del Parlamento, Carme Forcadell, solicitó una reunión con el rey y la Zarzuela contestó pidiéndole una comunicación por carta en un momento de gran tensión del debate soberanista.
En la pasada legislatura, el predecesor de Borràs, Roger Torrent, tampoco se reunió con el jefe del Estado para comunicarle en persona la investidura de Quim Torra.