Santos Cerdán y Adriana Lastra pilotarán un cambio en el PSOE mayor que el del Gobierno

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

El secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, en una imagen de archivo.
El secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, en una imagen de archivo. EFE

Sánchez quiere asegurarse el control de la ejecutiva y de los territorios en manos de los barones menos afines

16 jul 2021 . Actualizado a las 09:03 h.

La remodelación del Ejecutivo llevada a cabo por Pedro Sánchez es la mayor que ha hecho ningún presidente del Gobierno en democracia. Pero es solo el preludio de la renovación aún mayor que el secretario general del PSOE quiere acometer en los órganos de dirección del partido. Si los relevos en el Ejecutivo han afectado a un tercio de los 22 ministerios, la purga en la ejecutiva, que ya fue diseñada con una amplia mayoría de afines a Sánchez, podría afectar a dos tercios de sus actuales miembros, según fuentes del partido.

En el Gobierno, Sánchez ha dado el control y la coordinación al nuevo ministro de la Presidencia, Félix Bolaños. Y en el PSOE, los encargados de pilotar el congreso federal de octubre para renovar los órganos internos y convertir el partido en una maquinaria electoral de cara al año 2023, en el que habrá comicios municipales y autonómicos, serán la vicesecretaria general, Adriana Lastra y el nuevo secretario de organización, Santos Cerdán. Aunque este último llevaba tiempo ocupándose del día a día del partido, ha relevado oficialmente a José Luis Ábalos como secretario de organización tras su precipitada salida del cargo una vez que Sánchez le comunicó su destitución como ministro de Transportes.

 Alarma por los sondeos

Los últimos sondeos, en los que el PP se sitúa por encima del PSOE y con posibilidades de alcanzar la mayoría absoluta junto a Vox, dieron la voz de alarma en la dirección del partido, que planteó al jefe del Ejecutivo la urgencia de reforzar las siglas. El proyecto de Sánchez es ahora que el PSOE se rearme ideológicamente tras unos años en los que la formación ha ido siempre a remolque del Gobierno. La salida de Iván Redondo como jefe del Gabinete de la Presidencia y su sustitución por un hombre de partido como Óscar López ejemplifica el giro que quiere introducir el líder del PSOE.

Los cambios en el Ejecutivo son parte de ese plan que culminará en el congreso de octubre. Pero permiten adivinar también que uno de los objetivos de la renovación es controlar los territorios en manos de barones menos afines a Sánchez, como ha sucedido en Andalucía, donde se forzó la salida de Susana Díaz promoviendo desde Ferraz a Juan Espadas ante el temor a que el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, adelante las elecciones.

Aunque en ningún caso se plantea forzar de la misma manera la salida del castellanomanchego Emiliano García-Page ni del aragonés Javier Lambán, ambos presidentes autonómicos, al contrario que Díaz, la designación como ministras de Isabel Rodríguez (Castilla-La Mancha) y de Pilar Alegría (Aragón) es un intento de promocionarlas como alternativas de cara al futuro. Y lo mismo ocurre con la ministra Diana Morant, alcaldesa de Gandía, que se posiciona como alternativa a Ximo Puig. Pese que la relación del valenciano con Sánchez es mejor que la de Lambán o Page, no es uno de los suyos.

Cerdán (Milagro, Navarra, 1969) es una pieza clave para el congreso federal porque conoce mejor que nadie la organización territorial. Hombre discreto y que huye de los focos, el ex secretario de organización del PSOE navarro apostó por Sánchez cuando fue destituido como secretario general y fue clave para que recuperara el cargo tras las primarias. Ahora, diseñará junto a Lastra el nuevo PSOE.