La CUP y Cuixart presionan a Aragonès con un referendo a cambio de apoyar las cuentas
ESPAÑA
El Ejecutivo catalán rechaza al PSC y a los comunes como socios
03 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Guerra de nervios en el Gobierno catalán y en la CUP en plena negociación de los Presupuestos de la Generalitat. El Ejecutivo anunció ayer que mantiene el calendario previsto y, aunque aún no ha alcanzado un acuerdo con los anticapitalistas, aprobará el martes que viene el anteproyecto que llevará al Parlamento autonómico para su tramitación. Intenta apretar a los antisistema para que aflojen. Pero la CUP acostumbra a aguantar bien la presión. Replicó que las negociaciones no van bien y volvió a poner sobre la mesa la exigencia de convocar un referendo durante esta legislatura, ya sea acordado con el Gobierno central, si la mesa de diálogo lo permite, lo cual es casi imposible, o uno unilateral, como el del 1-O.
Los anticapitalistas emplean en Cataluña la estrategia que sigue ERC en Madrid con el PSOE: la cuestión del procés como elemento de presión en la negociación de los Presupuestos.
La formación nacionalista de la izquierda radical ha encontrado además como aliado al presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, indultado en junio tras ser condenado a nueve años de prisión por sedición y quien ahora propone un nueva consulta. «Hay que comprometerse a celebrar un referendo bien pronto y sin más adjetivos. Tanto si al Estado le place como si no. Esto es ‘lo volveremos a hacer': votar tantas veces como sea necesario», afirma en un libro, escrito durante su estancia de cuatro años en prisión. Aunque advierte: «Ahora mismo no hay posibilidad de realizar un referendo pactado, unilateral o DUI».
En el debate de política general, en septiembre, la CUP exigió a Aragonès poner fecha a una nueva consulta antes del 2025. La portavoz anticapitalista, Eulàlia Reguant, recuperó ayer la reclamación, aunque aclaró que «no es condición sine qua non» para aprobar las cuentas. Los anticapitalistas reclaman avances en los trabajos para organizar otra votación, igual que ERC pide a Sánchez progresos en la mesa de diálogo. Piden asimismo a Aragonès que deje de ir del brazo del PSC y de la patronal Fomento del Trabajo. El Gobierno catalán niega esa relación y señala que solo contempla aprobar sus cuentas con la CUP. El compromiso es que entren en vigor el 1 de enero. Aragonès sigue ignorando las ofertas que le trasladan casi a diario el PSC y los comunes. De aceptarlas, ERC quedaría sin capacidad de presión en Madrid y en la mesa de diálogo.
Aragonès tendrá que ceder con la CUP, que se siente fuerte. Hay proyectos que los anticapitalistas ya han puesto en la diana, como son la ampliación del aeropuerto de El Prat, los Juegos Olímpicos de Invierno del 2030 y el Hard Rock de Port Aventura. Los asamblearios piden un giro a la izquierda, mientras Junts se niega a subir los impuestos, y apuntan también a los Mossos. ERC y Junts ya han cedido y han permitido que la CUP presida la comisión parlamentaria que estudiará cambios en el modelo policial. Los antisistema exigen además al Ejecutivo de Aragonès que se retire como acusación particular en causas judiciales contra los manifestantes del procés y de la sentencia del 1-O.