El menor parricida de Elche fotografió los cadáveres de sus padres y mostró la imagen a su tía: «Mira, los he matado»

ESPAÑA

El triple parricidio tuvo lugar el pasado 8 de febrero en esta casa de la pedanía de Algoda, en Elche (Alicante).
El triple parricidio tuvo lugar el pasado 8 de febrero en esta casa de la pedanía de Algoda, en Elche (Alicante). Manuel Lorenzo | Efe

El adolescente de 15 años no planificó el triple parricidio y los asesinatos fueron por impulsos, en cadena, según el nuevo relato de los hechos. Psicólogos de Cruz Roja atienden a amigos y profesores del menor homicida para ayudarles a asimilar sus emociones ante esta tragedia

16 feb 2022 . Actualizado a las 20:55 h.

«Mira, los he matado». Así anunció el menor parricida de Elche a una tía que había asesinado a sus padres y su hermano, mostrándole una foto de los cadáveres de sus progenitores. Sucedió el pasado viernes, poco antes de ser detenido por varios agentes de la Guardia Civil, que fueron alertados por esa familiar del terrible suceso. Así terminaron cuatro días de convivencia con los cadáveres en los que Santi, vestido con la bata de su padre, estuvo jugando con la consola y haciéndose pasar por su madre a través del móvil de esta.

El menor de 15 años no planificó el triple parricidio y los asesinatos fueron por impulsos, en cadena, según el nuevo relato de los hechos al que tuvo acceso el diario El Mundo. A la madre la mató porque le llamó «vago» al suspender cinco asignaturas y por dejarle sin wifi, sin ordenador y sin consola. Le pegó dos tiros. El primero por la espalda y luego la remató. Después fue a por su hermano de 10 años ante su temor a que lo «delatara» tras sorprenderlo tiroteando a la madre.

Tras llevar los dos cadáveres al garaje familiar, esperó dos horas por el padre. Nada más verlo, le dio un tiro en la mandíbula. El hombre, malherido, consiguió arrebatarle la escopeta, dejarla en el pasillo y llegar hasta un baño mientras le decía «¿qué estas haciendo?». Según los nuevos datos de la investigación, Santi volvió a coger el arma y le disparó otras dos veces.

«Le maté porque sabía que se iba a enfadar», dijo el menor parricida, cuando descubriera que había asesinado a su madre y a su hermano. Antes de trasladar el cadáver, cogió el móvil de su padre para enviar un wasap a su jefe diciéndole que tenía covid y no iría a trabajar al día siguiente.

El menor también utilizó el teléfono de su madre para comunicarse con su tía, que estaba muy impaciente al ver que su hermana le contestaba los wasaps pero no le cogía el teléfono desde el martes 8 de febrero, el día de la matanza. Esa falta de comunicación telefónica fue el motivo por el que el viernes por la tarde, acompañada de una amiga, la tía fue a la casa para saber qué pasaba. Santi las vio al otro lado de la valla y les dijo: «no los molestéis, están durmiendo». Ante la insistencia de su tía, que le advertía que si no los veía iba a llamar a la policía, el menor entró en la casa, cogió el móvil del padre, le enseñó la terrible foto de los cuerpos y zanjó: «Mira, los he matado».

MORELL | EFE

Psicólogos de Cruz Roja atienden a amigos y profesores del adolescente parricida de Elche

Un grupo de psicólogos de la Cruz Roja junto a la Unidad Especializada de Orientación de la Consellería de Educación atienden a compañeros y profesores del menor de 15 años que asesinó a sus padres y su hermano en Elche (Alicante), con el objetivo de ayudarles a asimilar sus emociones ante lo ocurrido.

La atención psicológica comenzó ayer en el Instituto Periodista Vicente Verdú, el último construido en Elche hace apenas unos meses y al que acudía el menor de 15 años, y en el colegio Els Garrofers donde era alumno su hermano de 10, ya que ayer fue festivo no lectivo en la ciudad y los centros educativos no abrieron sus puertas.

Una ayuda que, según ha explicado a Efe la responsable del equipo de respuestas inmediatas de Cruz Roja Alicante, Conchi Navarro, ha sido demandada por los propios compañeros y profesores del menor pero también por algunos padres de alumnos del centro educativo.

Según Navarro, «cada uno vive el duelo de una forma» y hay que favorecer la «ventilación emocional», para que cada uno exprese lo que sienta, «tristeza, enfado, inseguridad o incertidumbre por lo ocurrido» en el momento que lo necesite.

Ante esta situación ha destacado también la importancia de orientar al profesor, para que «fomente la participación en la expresión de los sentimientos» a los alumnos, a la vez que se recomienda «explicar toda la verdad» a los menores para que se sientan «seguros y protegidos a la hora de expresar las emociones».

Navarro ha afirmado que un hecho tan traumático como este si no se exterioriza puede afectar de forma física con dolores de barriga o temblores de piernas. De esta forma, ha dicho, hay que dejarles hablar «cuando estén preparados» porque ningún duelo es igual y «cada uno reacciona de forma diferente».