Sánchez da por zanjada la crisis con Podemos, pero Iglesias mantiene la presión sobre Yolanda Díaz

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saluda a militares españoles en la base de la OTAN en Adazi (Letonia).
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saluda a militares españoles en la base de la OTAN en Adazi (Letonia). INTS KALNINS / REUTERS

El exvicepresidente segundo del Gobierno recuerda a la titular de Trabajo, y al de Consumo, Alberto Garzón, que son ministros gracias a la presión que él ejerció para formar una coalición

09 mar 2022 . Actualizado a las 20:06 h.

«Lo que estamos viviendo es tan gordo, que cualquier dinámica de Unidas Podemos pasa desapercibida». Así respondió el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una charla informal con los periodistas que lo acompañaban en su viaje a Letonia para visitar a las tropas españolas en este país, cuando se le preguntó por los ataques de la dirección de Podemos al envío de armas a Ucrania. El Ejecutivo quiere cerrar cuanto antes una polémica que da por zanjada ya que, según Sánchez, Podemos «rebajó» sus críticas el lunes. En todo caso, garantizó que el Gobierno «va a hacer lo que tiene que hacer y va a estar donde tiene que estar».

El partido morado también ha moderado el tono después de negar que se refiriera al PSOE al hablar de partidos belicistas, aunque la pugna de la dirección de la formación con la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, que apoyó sin reservas la decisión, se mantiene abierta.

Sánchez habló con Díaz y con la ministra de Igualdad, Irene Montero, una de las más críticas, para rebajar la tensión, aunque no con Ione Belarra, secretaria general de Podemos. «Hemos pasado página», afirmó este martes la ministra de Trabajo. 

Ayuda de Rodríguez a Montero

Y, para impedir que se agrande la brecha, en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, impidió este martes que Montero contestara a las preguntas de la prensa sobre si seguía considerando al PSOE como un «partido de guerra». «Respondemos en nombre del Gobierno y la ministra seguro que estará encantada de responderles en otro momento como dirigente de Unidas Podemos», zanjó la portavoz, dando la pregunta por resuelta.

Los principales socios del Ejecutivo pidieron también que cesen esas discrepancias. Íñigo Errejón, de Más País, alertó de que una «crisis de Gobierno» llevaría a unas elecciones con un resultado «similar al de Castilla León», en referencia a un crecimiento de Vox. Joan Baldoví, de Compromís, advirtió igualmente de que «en tiempos tan convulsos y de mayorías tan justas hay que cuidar las relaciones». «Polémicas, las justas», remató, dando su apoyo al envío de armas a Ucrania. Y, desde el PNV, su portavoz, Aitor Esteban, señaló que las palabras de Ione Belarra no son «precisamente un signo de estabilidad». «Si tienen discrepancias, que las fijen y las aclaren», sostuvo.

Díaz trató de frenar el mismo domingo las discrepancias públicas en una reunión con todos los ministros de Unidas Podemos en la que habría pedido que se rectificaran las alusiones de Belarra al «partido de la guerra». Algo que la portavoz de Podemos, Isa Serra, hizo al día siguiente.

Pero, aunque en el Ejecutivo el asunto parece zanjado, la presión interna en Podemos sobre Yolanda Díaz no cesa. El ex líder de la formación, Pablo Iglesias, contrario al envío de armas, le recordó que tanto ella como Alberto Garzón «son miembros del Gobierno» gracias a la presión que ejerció Podemos para formar una coalición. Según reveló en una entrevista el pasado lunes, Garzón, ahora del lado de la vicepresidenta apoyando a Sánchez, era partidario entonces de «un acuerdo programático».