El CNI tuvo el permiso del Supremo para espiar a radicales de Tsunami Democràtic

Melchor Saiz-Pardo MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Imagen de unos furgones policiales atacados en Barcelona por radicales independentistas en octubre del 2019
Imagen de unos furgones policiales atacados en Barcelona por radicales independentistas en octubre del 2019 M. L.

El líder del informe de Pegasus, investigado como cerebro tecnológico de la plataforma independentista

29 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El Centro Nacional de Inteligencia solicitó y obtuvo el permiso del Tribunal Supremo en otoño del 2019 para espiar con Pegasus a líderes y destacados activistas de Tsunami Democràtic, la plataforma creada en septiembre de ese año en vísperas de conocerse la sentencia del procés y que los servicios de inteligencia sospechaban que estaba detrás de los graves incidentes ocurridos después de que en octubre se conociera el fallo que condenaba a cárcel a nueve de los doce políticos independentistas que se sentaron en el banquillo.

Según fuentes cercanas a la seguridad del Estado, esta es la principal conclusión de la investigación interna del CNI después de que la pasada semana Citizen Lab destapara una supuesta trama de espionaje masivo a 61 políticos catalanes y vascos usando el programa dañino israelí entre el 2017 y el 2020.

Esa investigación interna, apuntan las mismas fuentes, descarta que ese espionaje fuera «masivo y político», ya que se centró en una veintena de activistas de Tsunami, entre ellos sus máximos responsables y personas involucradas en el que quizás fue el acto de protesta más importante y peligroso: el intento de asalto el 14 de octubre del 2019 del Aeropuerto de El Prat-Josep Tarradellas después de un llamamiento de la plataforma a través de Telegram y Twitter. Esa acción acabó con graves incidentes y, aunque los manifestantes no lograron tomar el aeródromo sí consiguieron la cancelación de un centenar de vuelos. 

«Injerencias» rusas

«Tenemos unos servicios de inteligencia y de información realmente eficaces y no dude que terminaremos sabiendo quién está detrás» de Tsunami, adelantó el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, solo horas después del intento de asalto del aeródromo de Barcelona. Esa misma plataforma estuvo detrás de los cortes de carretera del 11 y 12 de noviembre del 2019 en la AP-7, en las cercanías de La Junquera, y la marcha lenta en la AP-8, en la zona de Behobia, que durante horas mantuvieron casi interrumpido el tráfico de mercancías entre España y Francia.

De acuerdo con fuentes de la seguridad del Estado, la gravedad de aquellas acciones, la sofisticación de los sistemas tecnológicos usados para las convocatorias y los «indicios sólidos» de que los servicios de inteligencia rusos estaban «realizando injerencias» en esta crisis alentada por Tsunami fueron los que impulsaron al CNI a pedir el aval del Supremo para usar Pegasus para hackear los móviles de los activistas e informáticos de la plataforma.

Los servicios secretos informaron de los resultados de la investigación sobre Tsunami a la Moncloa, que desde un principio supo que el CNI se había involucrado en el espionaje a la plataforma, dada la «grave amenaza» que para la seguridad nacional conllevaban sus sabotajes y protestas.

Según El Confidencial, que cifra en 18 los investigados, entre los terminales a los que el CNI infectó con Pegasus está el de Elies Campo, el ingeniero que lideró la investigación sobre el supuesto espionaje al independentismo y que fue uno de los técnicos más involucrados en la retaguardia tecnológica de Tsunami. 

Elies Campo, el cerebro

Es decir, este ingeniero de The Citizen Lab, un grupo de la Universidad de Toronto que estudia la seguridad de internet, fue quien publicó el informe llamado Catalangate. Pues bien, Elies Campo está siendo investigado por la Audiencia Nacional en las causas abiertas contra el llamado CNI catalán, que pretendía hacer una República digital como paso a la secesión, y en otras relacionadas con el activismo de Tsunami como el intento de ocupación del aeropuerto de Barcelona.

El otro colectivo que el CNI espió en el 2019 fueron los CDR y los autodenominados Equipos de Respuesta Táctica, varios de cuyos miembros fueron detenidos y acusados de terrorismo. Las investigaciones de la Guardia Civil desvelaron contactos de estos con supuestos miembros del «CNI catalán», objetivo del espionaje de los servicios secretos españoles.