Hasta ahora todas las iniciativas alternativas a ERC, Junts y la CUP fracasaron
20 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.¿Hay espacio electoral para un cuarto partido independentista en Cataluña? La respuesta, hasta la fecha, es que no lo ha habido. ERC, Junts y la CUP copan el arco secesionista. Ha habido intentos de una cuarta vía, pero todos han fracasado. Primarias, un proyecto de derechas muy nacionalista que contaba con el aval de la ANC, no logró entrar al Ayuntamiento de Barcelona en las elecciones del 2019. Tampoco lo consiguió Albano Dante Fachín, ex secretario general de Podemos en Cataluña, en las generales del 2019. En el 2010, Solidaridad por la Independencia, con Joan Laporta, obtuvo representación en el Parlament, pero era la época anterior al procés y la CUP solo se presentaba a las municipales.
Lo que emerge ahora es una lista antipolítica, que agrupa a sectores disidentes de la ANC y a unilateralistas radicales y que está flirteando con la extrema derecha nacionalista. Una especie de Vox independentista o una CUP de derechas, que pone el foco en los 700.000 votantes secesionistas que el 14 de febrero del 2021 se quedaron en casa, algunos por la pandemia, pero la mayoría descontentos con ERC, Junts y la CUP y sus coqueteos autonomistas y su hasta ahora incapacidad para culminar el proceso hacia la independencia.
Los más puros de verdad tratan de articular una lista netamente independentista. Ya hace tiempo que hay movimientos en este sentido (la ANC amenaza con liderar una «lista cívica»), pero en las últimas semanas lo han hecho más visible. El pasado 29 de mayo se reunieron, en Sant Cugat del Vallès, algunos de los impulsores de esta iniciativa, que está aún en fase embrionaria, pues en teoría hasta el 2025 no hay previstas elecciones en Cataluña, aunque en la política catalana nunca se sabe, porque la guerra entre ERC y Junts es a cara de perro. En aquel encuentro, se concitaron exdirigentes de la ANC, algunos de los impulsores de la primera consulta ciudadana de Arenys de Munt, en el 2009, que hizo saltar la chispa al proceso independentista; personas cercanas a Puigdemont, como Joan Matamala o Víctor Terradellas (el de la trama rusa del procés), así como miembros de dos partidos ultras. Junts ya sondeó a estos sectores de la extrema derecha para las últimas elecciones autonómicas. Lo hizo el expresidente del Parlament, Josep Costa, dirigente de la máxima confianza de Puigdemont. Provocó tal incendio que tuvo que pedir disculpas y reconocer que cometió un error.
Los partidos ultras son Aliança Catalana, de Santiago Espot, un conocido tertuliano nacionalista que denunciaba a los comercios que no rotulaban en catalán para que el Gobierno catalán les multara; o el Frente Nacional Catalán, un partido independentista de extrema derecha y xenófobo. Nació en Ripoll (Girona), tras los atentados yihadistas del 2017, con un discurso muy duro contra la migración. «El modelo de multiculturalidad actual pone en peligro la continuidad de la identidad catalana», afirma en sus principios fundacionales.
Preocupa la atomización
En los dos principales partidos independentistas creen que iniciativas de este tipo están abocadas al fracaso y que son minoritarias. Por ejemplo, el Frente Nacional Catalán registró poco menos de 5.000 votos el 14-F del 2021 (0,18%). Pero la atomización del espacio secesionista sí les preocupa porque de hecho ya les ha afectado. Sin ir más lejos, en las últimas elecciones catalanas. Junts y el PDECat concurrieron por separado y esta separación fue clave para que ERC quedara por delante de los de Puigdemont y a la postre obtuviera la presidencia de la Generalitat. El PDECat se escindió de Junts y sacó 77.000 votos, pero se quedó sin representación, al no superar el 3% en ninguna circunscripción. Vox y la CUP, en cambio, con cerca de 200.000 votos, tienen once y nueve escaños, respectivamente.