Los partidos nacionalistas intervienen en la segunda jornada del debate sobre el estado de la nación. Junts rechaza sentarse en una mesa de diálogo con el Estado hasta que se vean «en un proceso de negociación real»
13 jul 2022 . Actualizado a las 19:54 h.Segundo día de debate sobre el estado de la nación y las bancadas aparecen más vacías. Es el turno de los partidos nacionalistas, que ayer no tuvieron tiempo de intervenir en el Congreso. Una batería de reivindicaciones autonómicas ininterrumpidas que han abarcado desde el rechazo a sentarse en una mesa de diálogo de Junts, la reivindicación de políticas útiles alejadas de la corrupción y el olvido de la tierra gallega del BNG.
Sobre este olvido se ha pronunciado el diputado Néstor Rego, que le ha afeado al presidente del Gobierno que apenas mencionase asuntos referentes a la comunidad gallega durante su discurso en el día de ayer: «Galicia estuvo ausente de su intervención a pesar de que supimos que tenemos un 11 % de inflación, un punto más que la media española, y pese a la crisis industrial, no merecimos ni una mención. Esa ausencia parece que está en sintonía con su poca preocupación».
De hecho, Sánchez solo hizo referencia a lo ya dado por el Gobierno, pero no mencionó las peticiones de Rego, alegando que Galicia ha recibido de los Presupuestos un «27,1 % más en este gobierno socialista que en el último gobierno de Rajoy. Estamos hablando de 1.000 millones de euros más, como los 4,5 millones al consorcio de Santiago o los 20 millones al plan de vivienda de Galicia»
Rego hizo hincapié en el sector ferroviario como la gran asignatura pendiente con Galicia. «¿Sabe cuantos gallegos de cuantos se van a beneficiar del cercanías? Cero, porque no existen. Y en los media distancia hace falta ajustar horarios y otras reformas. El BNG le pide que cumpla con Galicia. En inversiones ferroviarias, pero también en pesca y agronomía, el rescate de la AP-9, crear los tres juzgados de violencia de género o hacer respetar a la lengua gallega», aseveró.
Pero también le afeó el diputado del BNG el ser poco ambicioso con su agenda progresista. «Se denominan el gobierno más progresista sin arreglar las pensiones, sin acabar con la Ley Mordaza, simpatizando con la OTAN y olvidando a los saharauis». Añadió en este sentido que «una vez más se quedan en medidas temporales y no estructurales».
Sin embargo, Rego aseguró que seguiría tendiendo la mano al Gobierno para que la derecha no llegue al poder. «Nunca vamos a propiciar el ingreso de la derecha al Gobierno, derrotaremos al PP en Galicia», concluyó antes de hacer su última petición: «Cumplan con Galicia y con los trabajadores de Galicia»
Mesa de diálogo con Cataluña
Las intervenciones de JxCat, PdeCAT y Compromís pasaron por el mismo punto: un compromiso más elevado con la financiación autonómica. En este caso, Joan Baldoví, de Compromís, instó también a Sánchez a acabar con la corrupción institucional en este nivel. Y le mencionó cierta falta de confianza. «Nunca se hubieran atrevido a plantear medidas como las de ayer si hubieran gobernado con Ciudadanos porque los votos que les faltan los ponemos las izquierdas. Pero las señales de los clavos y la mano en el costado será el BOE. Entonces, creeremos. Las clases trabajadoras y los más desfavorecidos lo necesitamos».
En JxCAT, continúan con su agenda independentista y la diputada Miriam Nogueras declaró que no se van a sentar en una mesa de diálogo entre Cataluña y el Estado. Por lo menos, no hasta que se vean «en un proceso de negociación real». «Lo que urge es la independencia de Catalunya», ha señalado.
Y Sánchez le ha pedido que se aleje de estas posturas, ya que según el presidente, ahora los independentistas representan solo al 38 % de la población catalana. «El cuanto peor mejor, que es la estrategia que están siguiendo, es equivocada. Se están situando a espaldas del conjunto de la ciudadanía catalana, que lo que quiere es convivencia, reencuentro y superar la etapa del 2017», ha concretado.
De igual manera, el portavoz del PdeCAT, Ferrán Bel, ha asegurado que la mesa de diálogo con Cataluña «no puede ser un eslógan» y «necesita resultados», y considera que los nuevos impuestos anunciados a los beneficios extraordinarios de la banca y las grandes energéticas «tienen más de márketing que de realidad».
Lecciones de guerra y continuidad
Aitor Esteban fue el único representante nacionalista que ha alabado el apoyo a Ucrania en su guerra. Un apoyo que nace de los «evidentes cambios geopolíticos» en Europa. Según el mandatario vasco, la guerra de Putin no se limita a una conquista de territorio, sino que se extiende en significado a «si las democracias son desplazadas del tablero de juego».
En ese sentido, mencionó indirectamente que las formaciones que se oponen a los gastos en Defensa y la ayuda militar al país eslavo «no se han enterado» del cambio de paradigma geopolítico mundial, y animó al Gobierno a continuar con las políticas de apoyo a Ucrania.
Pero la intervención de Esteban no se ha limitado a mostrar el nuevo mapa político global, sino que también ha criticado que Sánchez y su gobierno no haya atendido medidas como la reforma de la Ley de Secretos Oficiales o las peticiones del PNV sobre el compromiso de ceder las competencias de tráfico a la Comunidad Foral de Navarra o de trazar cauces de representación internacional de Euskadi en el ámbito deportivo y cultural.
Ello, según reveló el diputado vasco, le podría suponer a Sánchez la retirada de apoyos en las próximas elecciones. Si no «cuida» las relaciones con sus socios de Gobierno, que Esteban considera poco priorizadas hasta ahora por el Ejecutivo, no sabrán si le darán continuidad, puesto que es insuficiente pensar que «no les queda otra».
Ruptura con la Transición
El discurso de EH Bildu, pronunciado por su portavoz, Mertxe Aizpurua, fue el más contundente de entre los partidos nacionalistas e independentistas. La parlamentaria vasca lo inició arremetiendo contra la Transición, calificándola de «imposición» de la dictadura franquista y culpando a sus promotores de ser herederos de la misma, entre los que incluyó «el monopolio mediático, el poder judicial dependiente del político, la impunidad del aparato policial y el privilegio de las élites económicas».
Así, Bildu instó a Sánchez a liderar una Transición «real» para romper con el «régimen del 78» y que el país se desligue totalmente de los vínculos que, según la versión de la portavoz del partido independentista, aún mantiene con la dictadura para alcanzar lo que definió como «estándares democráticos del siglo XXI».
Y dado que la Ley de Memoria Democrática ha sido un tema extensamente tratado en el debate del estado de la nación, Aizupurua quiso reconocer el dolor de las víctimas de ETA. «Desgraciadamente, el pasado no tiene remedio, sabemos que nada de lo que digamos puede deshacer el daño causado, pero estamos convencidos de que es posible al menos aliviarlo desde el respeto, la consideración y la memoria de todas las víctimas», comunicó, aunque criticó que los sectores conservadores quisieran utilizar el sufrimiento de las víctimas como arma política.