Sánchez empieza a asumir que la ley del «solo sí es sí» podría reformarse gracias a los votos del PP

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Pedro Sánchez, este martes en el Congreso
Pedro Sánchez, este martes en el Congreso Alejandro Martínez Vélez | EUROPAPRESS

La ministra Pilar Llop admite «en primera persona» toda la responsabilidad de «lo que pueda pasar»

08 feb 2023 . Actualizado a las 21:44 h.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, empieza a asumir que la reforma de la ley del «solo sí es sí» podría tener que aprobarse gracias al apoyo del PP y sin el respaldo de sus socios de Gobierno de Unidas Podemos ni de sus aliados parlamentarios que conforman la mayoría de investidura. El jefe del Ejecutivo no está dispuesto a ceder a las presiones de Unidas Podemos para cambiar la propuesta de reforma que ha presentado el PSOE en solitario y, aunque no solicitará el apoyo de los populares, la hipótesis de que los votos del PP sean decisivos empieza a considerarse como una posibilidad más que probable.

Este miércoles, en la sesión de control al Gobierno, la portavoz parlamentaria del PP, Cuca Gamarra, volvió a ofrecer el respaldo de su partido para corregir la norma que ha permitido ya la rebaja de penas a más de 400 agresores sexuales. «Rectifique y déjese ayudar por el PP», le dijo Gamarra al presidente del Gobierno. 

«Yo doy la cara»

Sin embargo, Sánchez despreció esa oferta y se limitó a decir que él da la «cara» por todo lo que hace su Ejecutivo, cuando acierta y cuando no lo hace. Pero, a continuación, añadió que él se hace «responsable» de un Ejecutivo que aporta 45.000 millones en ayudas sociales, de un Gobierno que despliega un escudo social y que sube el salario mínimo interprofesional, pero sin mencionar la ley del «solo sí es sí», ni su reforma. «Yo doy la cara y cuando hay un problema me empeño en resolverlo», fue lo más que llegó a decir.

Sánchez ha delegado en la ministra de Justicia, Pilar Llop, para que se encargue de sacar la reforma sobre los efectos «indeseados» de la ley. Y Llop asumió la tarea. «Yo me siento absolutamente responsable de esta reforma», sostuvo en la sesión de control, a pesar de que ella no estaba en el Gobierno cuando se aprobó la ley del «solo sí es sí». 

«Lo que pueda pasar»

Y Llop fue más lejos asegurando que asume «en primera persona lo que pueda pasar», sin aclarar a qué se refería. La ministra, eso sí, rebajó el tono contra Unidas Podemos que había mostrado la víspera y vio «margen para el acuerdo». «Reconozco sinceramente la gravedad de la situación», admitió la titular de Justicia ante el goteo de rebajas de condenas y de excarcelaciones de agresores sexuales, aunque precisó que el Gobierno se ha puesto a trabajar «desde el primer momento» para tratar de revertir esos efectos indeseados.

Lo cierto es que han pasado ya cuatro meses desde la entrada en vigor de la norma. «El daño es irreversible, el horror es irreparable. Y ni siquiera han pedido perdón», le reprochó la diputada del PP Marga Prohens.

Pero el choque entre el sector socialista del Gobierno y el de Unidas Podemos no cesa y no hay visos de que se consiga un acuerdo a pesar de las llamadas a la unidad realizadas por los socios parlamentarios del Ejecutivo. La ministra de Derechos Sociales y secretaria general de Podemos, Ione Belarra, aseguró que su formación va a ser «muy firme» ante la reforma de la ley y ante la importancia de que el consentimiento siga en el centro del Código Penal porque ese es «el mandato de cientos de miles de mujeres». 

«Discrepancia política fuerte»

«Vamos a trabajar para el acuerdo, pero también vamos a trabajar para que se respete el mandato de las mujeres y lo que dijeron cientos de miles de mujeres en la calle, que es que el consentimiento tiene que seguir en el centro de la ley del ‘solo sí es sí' y del Código Penal», aseguró Belarra.

La titular de Igualdad, Irene Montero, impulsora de la ley, recalcó también que la falta de acuerdo en el seno del Gobierno entre el PSOE y Unidas Podemos no radica en una cuestión técnica, sino en una «discrepancia política fuerte» dentro de la coalición. «Estoy dispuesta a hacer frente a la ofensiva y a ceder en cosas que pida el PSOE para dar una respuesta unitaria. A todo, menos a que el consentimiento deje de estar en el Código Penal en el centro», concluyó.