El Senado aprueba la reforma de la ley del «solo sí es sí» con 231 votos a favor, 19 en contra y cuatro abstenciones

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Los senadores del PP aplauden puestos en pie, en presencia de Feijoo, tras la aprobación definitiva de la reforma de la ley.
Los senadores del PP aplauden puestos en pie, en presencia de Feijoo, tras la aprobación definitiva de la reforma de la ley. ALEJANDRO MARTÍNEZ VÉLEZ | EUROPA PRESS

Las modificaciones salen adelante gracias a los votos del PSOE y el PP y el marcador rompe el bloque de investidura

26 abr 2023 . Actualizado a las 18:57 h.

La reforma de la ley del «solo sí es sí» quedó definitivamente aprobada en el Senado con 231 votos a favor (PSOE, PP, PNV y Ciudadanos y otros), 19 en contra (ERC, EH Bildu y otros) y 4 abstenciones (Junts). El marcador refleja la ruptura del llamado bloque de investidura. La aprobación de la reforma produjo un nuevo choque entre el PSOE y el PP, a pesar de que ambos sumaron sus votos para sacar adelante las modificaciones. La ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, replicó al presidente del PP, Alberto Núñez Feijoo, que «en política no se está para ponerse medallas sino para solucionar problemas».

Feijoo asiste al debate

Sus palabras eran la respuesta al líder del PP, que en el debate del pasado martes en el Senado afeó a Pedro Sánchez, su ausencia en el debate celebrado en el Congreso y en la votación de la reforma de la ley del «solo sí es sí». «Este miércoles yo sí votaré a la reforma en el Senado para aliviar en lo posible el dolor que su ley ha generado a las víctimas de agresiones sexuales», dijo Feijoo, que efectivamente acudió a la votación. Los senadores del PP volvieron a aplaudir puestos en pie, a excepción de Feijoo, cuando se anunció la aprobación.

El principal cambio introducido en la ley, y el que causó la ruptura entre el PSOE y Unidas Podemos, es que se crea un subtipo en cada uno de los delitos cuando se comete con violencia o intimidación. La formación morada se opone a ese cambio porque considera que de esa forma se saca el consentimiento del corazón de la ley y la víctima sigue teniendo que probar si se resistió o no a la agresión.