Irene Montero acusa a Yolanda Díaz de no querer que Podemos intervenga en el debate de investidura

La Voz REDACCIÓN

ESPAÑA

Irene Montero en el Congreso.
Irene Montero en el Congreso. A. Pérez Meca | EUROPAPRESS

Podemos se siente ignorado dentro del grupo parlamentario tras quedar excluido del reparto de las portavocías adjuntas, junto a IU, y recrimina que Sumar «dilapida la herencia» política del partido morado e incluso hizo el papel de «pagafantas» al darle a los socialistas todo el carril de la «crítica dura» al PP

27 sep 2023 . Actualizado a las 18:32 h.

La fallida primera votación de investidura de Alberto Núñez Feijoo sirvió ayer a los representantes de Unidas Podemos para volver a reivindicar un mejor trato dentro de Sumar, la coalición de Yolanda Díaz, y acusaron a la lideresa del conglomerado de fuerzas de la izquierda de «silenciarles» al no tenerles en cuenta en el debate de investidura ni considerar otras propuestas de la facción morada de cara a un posible gobierno de coalición con el PSOE.

Las relaciones entre el partido de Ione Belarra y la coalición de Díaz se han resquebrajado desde la confección de listas para el 23J que dejaron fuera a la ministra de Igualdad en funciones, Irene Montero, que, de hecho, ha sido quien ha puesto voz al descontento interno de Podemos al no participar en el debate: «Lo hemos solicitado; es una decisión de Yolanda Díaz, que no ha querido que intervengamos en este pleno», afirmó en los pasillos del Congreso de los Diputados.

Se sienten ignorados

Las palabras de la ministra evidencian lo que en el partido morado era ya una realidad: se sienten ignorados. Ayer, la portavoz del grupo, Marta Lois; el diputado de IU, Enrique Santiago; y la portavoz de los comunes, Aina Vidal —estos dos últimos en el turno de réplica— fueron los elegidos del espacio a la izquierda del PSOE para presentar oposición a la investidura de Feijoo.

Pero ello ya se suma a una larga ristra de reclamaciones que los de Belarra han presentado y que, progresivamente, han sido ignoradas por Díaz. La demanda de fuerza política conforme a la «importancia» de Podemos dentro de Sumar, la negación a que pudieran tener una portavocía adjunta en el Congreso, el rechazo de propuestas políticas, como la subida del salario mínimo y la ausencia de respuestas a la pregunta de si Montero continuará al frente de Igualdad, mantienen a Podemos al filo de la navaja. Y ello con las amenazas de Belarra de romper la disciplina de voto si no se atienden estas exigencias.

De hecho, la ministra de Derechos Sociales en funciones criticó que la existencia de Podemos sirva para «poner ante el espejo» al PSOE y que dejarles fuera del debate abriera las puertas a Feijoo para señalar sus debilidades. «Son errores que está cometiendo Sumar. Ese veto al feminismo, el veto a Irene [Montero] y la propia construcción del espacio ha hecho que las expectativas no se cumplan», alegó.

El apoyo de exdirigentes

La titular de Igualdad en funciones no se quedó sola. En el Congreso estuvo arropada por la propia Belarra y la secretaria de Organización de Podemos, Lilith Verstrynge, el tridente que estos días ha acudido al Congreso separado de Sumar para evidenciar aún más las distancias. Pero fuera de la Cámara, también contó con el respaldo de otros dirigentes.

El exportavoz parlamentario de Podemos, Pablo Echenique, aseguró que no se sentía «tan huérfano políticamente» desde el 2013 —un año antes de la irrupción de Podemos en la política— y que le daba «tristeza» que la izquierda no independentista fuera relegada a la «irrelevancia». Julio Rodríguez, el nuevo presidente del Instituto República y Democracia, el think tank de Podemos, continuó el relato para concretar que Sumar abrazó «la logomaquia: hablar por hablar y ni caso a los contenidos», y que ello situaba a Sumar y sus partes en ser los «pagafantas» del PSOE.

El cofundador de Podemos, Juan Carlos Monedero, criticó que se dejara a los socialistas la «línea dura» de oposición al PP porque supone abrir puertas «al bipartidismo». Y el exdiputado Pedro Honrubia fue contundente: «Es tremendo todo. Una provocación, un insulto, un escarnio público, una indignidad, una indecencia». Porque para él supone «matar» a Podemos.

Yolanda Díaz asegura que la decisión de no hablar fue pactada

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo en funciones, Yolanda Díaz, aseguró que tomó voluntariamente la decisión de no intervenir en el debate de investidura según un acuerdo alcanzado con el PSOE. Dicho pacto concretaba que, si ningún miembro del Ejecutivo socialista en funciones intervenía, desde Sumar tampoco lo harían y delegarían en el grupo parlamentario.

Tras esclarecerse que la parte socialista cedería la palabra a Óscar Puente, la coalición de izquierdas correspondió el gesto. Aunque lamentó que, con ello, el debate dejó «fuera a la ciudadanía del mismo» y derivó en un «espectáculo» de la política.