Solo Europa puede salvar a la igualdad

Francisco Espiñeira Fandiño
Francisco Espiñeira SIN COBERTURA

ESPAÑA

La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Eduardo Parra | EUROPAPRESS

20 ene 2024 . Actualizado a las 11:01 h.

Ya nada es suficiente para Puigdemont. Una vicepresidenta, Yolanda Díaz, fue la primera del Gobierno en hacerse la foto con el prófugo. Y otra, la socialista Teresa Ribera, encabeza el nuevo ataque contra los jueces que ni los más furibundos enemigos del Estado de derecho en España hubieran soñado jamás. Teresa Ribera pasa por ser una de las más cercanas a Pedro Sánchez y este viernes se atrevió a cuestionar la instrucción judicial sobre los incontables delitos que los independentistas catalanes acumulan y que el sanchismo silenció por la necesidad de sus votos.

Las palabras de Ribera contra el juez García-Castellón chocan con una realidad que cualquier español puede ver. Puigdemont, y Junqueras, que era su vicepresidente, llevaron al extremo el desafío a la Constitución, igual que ahora están retando el principio básico de la igualdad de todos los españoles. Ahora, se aprovechan de la debilidad de Sánchez, y de la entusiasta Ribera, para exprimir al máximo al Gobierno.

Nadie en su sano juicio puede obviar que los independentistas catalanes vulneraron infinidad de leyes. Y muchos sospechamos que nuestro Gobierno está dispuesto a favorecer a los independentistas para comprar un poco más de tiempo en la Moncloa. Como dirían los clásicos, es hacerse trampas al solitario. Puigdemont y Junqueras no pueden dar ni un paso atrás y Pedro Sánchez necesita sus votos para aprobar cualquier cosa.

España necesita recuperar el sentido común. Que las decisiones que afectan a la mayoría no dependan de las ocurrencias de un fugado refugiado en Waterloo. Que la mayoría se vea representada en las decisiones de un Gobierno que no puede ser preso de los caprichos de un político que no dudó en poner a los pies de los caballos a sus conciudadanos para intentar preservar su imagen caudillista.

Sánchez nos dijo a todos aquello de «¿la Fiscalía de quién depende? Pues eso. Y ahora consiente que una de sus ministras más cercanas, Ribera, defienda la acusación de lawfare de los independentista catalanes que desafiaron a la Constitución. Ya solo la Unión Europea puede proteger la igualdad de todos los españoles. Ojalá llegue a tiempo.