Los guardias civiles intentaban interceptarlos en Barbate en una pequeña zódiac
13 feb 2024 . Actualizado a las 12:51 h.Ocho detenidos, dos guardias civiles muertos y otros dos más heridos es el balance provisional de lo ocurrido la noche del viernes en el puerto de Barbate, un suceso que muestra con toda la crudeza la desigual lucha de las fuerzas de seguridad contra el narcotráfico en esta complicada zona. Los cuatro agentes navegaban en una pequeña embarcación neumática del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) cuando fueron arrollados por una narcolancha en la bocana del puerto. Los guardias civiles intentaban detenerlos en una situación de manifiesta inferioridad. En uno de los espigones, un trabajador grabó con su teléfono el momento del impacto, que se produjo a escasos metros de su posición. «Mi madre... ¿qué hace la Guardia Civil con esa lancha?», se les escucha decir en el vídeo, compartido en redes sociales. «Pues con lo que tienen aquí (en Barbate)... No tienen otra cosa». Luego se oyeron varios tiros que sorprendieron a las decenas de personas que estaban viendo lo que ocurría, algo habitual en la costa gaditana y en el Estrecho, donde son frecuentes estas persecuciones. Hubo vítores y silbidos hasta que produjo el fatal desenlace.
La embarcación de los agentes tenía seis metros de eslora y un motor de 60 caballos. La narcolancha la doblaba en tamaño. Suelen estar provistas de tres o cuatro motores de 300 CV que las convierten en un bólido sobre el agua. «Una goma de esas vale más que mi casa», expresaba un trabajador del puerto. En Cádiz es rara la semana que no circulan en redes sociales vídeos de cómo los narcos se mofan de los agentes que van en las patrulleras. «Esto es diario. Pasan delante de los agentes, los vacilan... Lo único que ha cambiado es el desenlace», sostiene María del Carmen Villanueva, la secretaria provincial de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), que denuncia la «alarmante» falta de medios frente a los narcos.
Los agentes fallecidos pertenecían al Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) y al Grupo de Acción Rápida (GAR) de la Guardia Civil. Los agentes habían establecido un dispositivo en el puerto para identificar a los ocupantes de varias embarcaciones de alta velocidad, las habituales de los narcos. En el momento en que la patrullera del GEAS, ocupada por seis agentes, se acercó, fue embestida bruscamente por una de ellas. Tras constatar la muerte de los agentes se desplegó una operación para encontrar a los culpables, que se cerró con el arresto de ocho personas. Tres de los detenidos, españoles de 21, 24 y 28 años de edad y con antecedentes por tráfico de drogas, atentado a agente autoridad, lesiones, delitos contra el patrimonio y blanqueo, iban en la narcolancha que pasó por encima de los agentes. Mientras, otros dos arrestados, de 34 y 54 años, con antecedentes por tráfico de drogas y contrabando y también españoles, eran los encargados de recoger a los tripulantes de la embarcación. Los últimos tres capturados por la Guardia Civil eran tripulantes de la lancha y trataron de esconderse en el monte.
El fiscal jefe de Cádiz denuncia que se «lucha en total inferioridad» y Marlaska promete más medios
La muerte de los dos guardias civiles en la desigual persecución de Barbate llevó a la queja unánime de organizaciones y sindicatos policiales que reclamaron más medios para luchar contra los narcotraficantes. «Campan a sus anchas y la fuerzas de seguridad luchan en total inferioridad», dijo el fiscal jefe de Cádiz, Ángel Núñez. «No tienen medios, ni lanchas, ni personal para hacer frente a esto y cuando lo hacen se juegan la vida», señaló en referencia a la labor de la Guardia Civil, en declaraciones a Europa Press. «Es una situación muy alarmante (...) Esto se está desbordando. Está la provincia llena de narcolanchas que se usan no solo para el tráfico de drogas, sino para el de inmigrantes», resumía la fiscala antidroga de Cádiz, Ana Villagómez. «La sensación es de impunidad, de que es una lucha de David contra Goliat», lamentó Villagómez, recordando que lleva años pidiendo que se penalice la posesión de combustible en alta mar. «No existe un delito que podamos imputar», señaló.
El ministro del Interior, uno de los cuatro integrantes que sobreviven a los sucesivos cambios de Gobierno desde que Pedro Sánchez llegó a la Moncloa en junio de 2018, volvió a recibir incontables peticiones de dimisión tanto de partidos políticos como de asociaciones de la Guardia Civil y de la Policía Nacional, que le acusan de haber abandonado a su suerte a las fuerzas de seguridad en el Campo de Gibraltar. Fernando Grande Marlaska se desplazó a Barbate, donde prometió más medios y aseguró que habrá «impunidad cero» con los traficantes de droga y personas que operan en el Estrecho.
El líder del PP, Alberto Núñez Feijoo, fue muy crítico con el Gobierno de Pedro Sánchez tras lo ocurrido y exigió «responsabilidades políticas al máximo nivel ante la gravedad de lo sucedido». También cargo contra el Ejecutivo el presidente de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla, y lo responsabilizó de haber permitido que la «mafia del narcotráfico se ría y humille del Estado español».
Los fallecidos son un catalán, con dos hijos, y un gaditano, que tenía uno
Los dos agentes de la Guardia Civil asesinados en Barbate son un barcelonés y un gaditano de San Fernando desplazados a la zona en la lucha contra el narcotráfico, según fuentes de la Benemérita. El primero era David Pérez Carracedo, agente del Grupo de Acción Rápida (GAR), casado y con dos hijos. De 43 años, nació en la capital catalana aunque desarrolló su trayectoria en Navarra, donde llevaba destinado desde hace más de una década y había formado una familia. Los GAR trabajan en operaciones contra el narcotráfico o contra el terrorismo y la base está en Logroño (La Rioja), aunque también tienen presencia en la Comunidad Floral. El agente ingresó en la Academia de Baeza en el 2008, realizó sus prácticas como guardia civil en el puesto de Torrevieja y después fue destinado como profesional al puesto de Arta en Baleares. Luego ingresó en los GAR. David Pérez se encontraba actualmente en comisión de servicio en la provincia de Cádiz.
El segundo, Miguel Ángel González de 39 años, pertenecía al Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS), cuya base se encuentra en la Comandancia de la Guardia Civil de Navarra. Era natural de la localidad gaditana de San Fernando. Tenía pareja y una hija. Jugó en el Club de Balonmano de San Fernando, que también mostró sus condolencias por la pérdida. Su familia reside en Algeciras. Había conseguido ser GEAS en el 2022 y en septiembre del año pasado fue finalmente destinado a Algeciras. Tiene también condecoraciones militares de su paso por el Ejército, una actividad que desarrolló ante de ingresar, en el 2019 en la Guardia Civil. De los dos agentes heridos, uno es natural de Tarrasa (Barcelona).
Velatorio en Cádiz
Los dos agentes fallecidos fueron trasladados a Cádiz. La capilla ardiente se instaló en las Comandancia de la Guardia Civil. Hoy, a las diez de la mañana se celebrará un funeral en la catedral gaditana. El cuerpo de David Pérez Carracedo, catalán de nacimiento, se trasladará a Navarra, de donde era su familia, para recibir sepultura, según confirmó ayer Antonio Sanz, consejero de Presidencia andaluz.