Puigdemont anuncia que se presentará a las elecciones catalanas del 12M

Cristian Reino ELNA / COLPISA

ESPAÑA

Atlas

Convierte su anuncio en el primer mitin de campaña, asegura que regresará para ser investido y amenaza con la independencia unilateral de nuevo

22 mar 2024 . Actualizado a las 15:56 h.

El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, viajó este jueves a Elna para lanzar oficialmente su candidatura a las elecciones catalanas del 12 de mayo. «He decidido presentarme», proclamó ante un millar de militantes que abarrotaron el Ayuntamiento de la localidad gala y varios cientos que tuvieron que quedarse fuera. Hacía tiempo, casi desde el 2020, que no disfrutaba de un baño de masas similar.

Un sonriente y relajado, Puigdemont buscó el simbolismo del exilio en Elna, la localidad que acogió a miles de refugiados republicanos de la Guerra Civil, para celebrar su primer mitin de campaña, en el que llamó a convertir los comicios en un plebiscito sobre su regreso catapultado por la amnistía. «Si soy candidato a la investidura, dejaré el exilio ese día», aseguró, antes de dejar sentado que asistirá a ese pleno del Parlamento catalán, aunque los jueces se nieguen a ejecutar la ley que diluirá las causas del procés. La normalidad política está aún lejos en Cataluña.

De la destitución por el artículo 155 a la restitución. Ese es el gancho electoral del líder espiritual del independentismo. No es nuevo, pero esta vez tiene otro significado, ya que para cuando se celebre la sesión de investidura la ley de amnistía podría estar vigente. «Hoy comienza la cuenta atrás del retorno», señaló ante un público que solo le interrumpió para gritar «president, president» e «independencia, independencia». El título de la conferencia ya lo decía todo: «President Carles Puigdemont». Sin siglas. La marca es él. El mensaje, también.

Los suyos le llaman presidente «legítimo» de Cataluña, desde que el 27 de octubre de 2017 fue destituido del cargo por el Gobierno de Mariano Rajoy, en aplicación del 155 de la Constitución tras declarar la independencia de manera unilateral. Como ya hizo Artur Mas en su día, lanzó una oferta a todo el independentismo para reeditar de nuevo Junts pel Sí, la alianza electoral de Convergència y ERC en 2015. Esquerra no está ahora por la labor: no tardó ni media hora en rechazar la oferta; las relaciones son pésimas y ambos van a una descarnada competición el 12-M. Pero Puigdemont apeló a que su candidatura vaya «más allá del partido», en lo que sonó a una OPA a todo el voto secesionista y republicano. En el independentismo hay temor tanto a la abstención como a que el voto se pueda 'malgastar' en pequeñas formaciones que apenas tienen opciones de entrar al Parlamento catalán como el partido de la exconsejera Clara Ponsatí o el de la ultra Orriols.

Carrera patas arriba

La vuelta de Puigdemont a la primera línea es una mala noticia para ERC, PSC y para el Gobierno. Todos ellos aspiraban a unos comicios más apaciguados. La entrada en escena del líder de Junts pone patas arriba la campaña y radicaliza la carrera electoral. El PSC parte con ventaja en las encuestas, por delante de Esquerra y Junts. Pero ningún sondeo realizado hasta la fecha ha medido el impacto de la candidatura del exjefe de la Generalitat, los tres partidos están en un pañuelo y los pactos poselectorales serán decisivos. No se descarta ya una repetición de la llamada a votar si nadie cede.

En Junts ya daban por hecho que Puigdemont tenía intención de presentarse. Lo que era una incógnita era su hoja de ruta: si llevar a la Generalitat a la confrontación de nuevo o asumir la normalización de la situación política catalana, como defienden tanto ERC como el PSC, aunque con distinta intensidad. Ayer no dejó ninguna duda. «Estoy aquí para acabar el trabajo» iniciado en 2017, se conjuró. Renuncia a presentarse a las europeas y se mostró dispuesto a «culminar» que Cataluña «sea reconocida como una nación independiente». Y ante la próxima legislatura, se comprometió a «proponerle» a Pedro Sánchez la celebración de un referendo de autodeterminación. «Estamos para eso», advirtió. Si la vía de la negociación con el Gobierno central «no da frutos», amenazó con reactivar la vía unilateral como en 2017. «No podemos renunciar ni renunciaremos a conseguir la independencia si es la voluntad de los catalanes», remató. Aseveraciones que cuestionan la justificación por el Gobierno de la amnistía como una herramienta para «la reconciliación». La comparecencia en Elna estuvo lejos de lo que Sánchez llama la agenda del reencuentro y por la que explica las cesiones a los secesionistas.

En todo caso, Junts no entierra el hacha de guerra, no renuncia a la vía unilateral de octubre del 2017 y aboga por reactivar el procés. El 5 de septiembre pasado, su líder pronunció una conferencia en Bruselas en la que puso las condiciones para investir a Sánchez. Habló de alcanzar un «compromiso histórico». Ya tiene encarrilada la amnistía. Ahora va a por la segunda pata de ese hito: la autodeterminación.