Una ERC cada vez más dividida aplaza la consulta para decidir si entra en el Gobierno del PSC en Barcelona

Cristian Reino BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

El vicesecretario general de ERC José Rodríguez informa de la suspensión por exceso de aforo en la consulta a los militares del jueves.
El vicesecretario general de ERC José Rodríguez informa de la suspensión por exceso de aforo en la consulta a los militares del jueves. Marta Pérez | EFE

El sector de Rovira se enfrena al de Junqueras a cuenta de la reunión donde se decidía sobre el pacto con el socialista Collboni

14 jun 2024 . Actualizado a las 12:17 h.

La militancia de ERC en Barcelona desbordó el jueves todas las previsiones de asistencia, lo que obligó a la dirección republicana a aplazar la consulta interna convocada entre las bases para decidir la entrada en el Gobierno municipal de la capital catalana, liderado por el socialista Jaume Collboni. La federación republicana había reservado un local con unas 270 localidades y se calcula que acudieron al cónclave el doble de personas, con especial movilización, según las primeras estimaciones, de los que son contrarios al pacto con los socialistas. Este viernes,  la secretaria general de ERC, Marta Rovira, defendió que la federación del partido en Barcelona debe convocar otro congreso «en los próximos días», tras suspenderse el de este jueves por falta de aforo.

El principio de acuerdo para el ayuntamiento barcelonés entre el PSC y ERC se precipitó días atrás, tras la alianza sellada entre Carles Puigdemont y Marta Rovira, sin informar previamente a Oriol Junqueras, para investir a Josep Rull como presidente del Parlament. En un clima de división interna, la ejecutiva de ERC en Barcelona convocó a la militancia, que este jueves hizo saltar por los aires todas las estimaciones de participación forzando a aplazar la consulta.

La demora supone un balón de oxígeno para la dirección del partido, encabezada ahora por Rovira, que no quería que la militancia de Barcelona tomara una decisión tan pronto dado que el paso podía interferir en las negociaciones para la investidura del presidente de la Generalitat. Todo está conectado y más teniendo en cuenta que la votación debía servir para saber cómo respiran las bases republicanas de cara a la consulta que la dirección le planteará en las próximas semanas si llega a un acuerdo con el PSC o con Junts para la Generalitat.

ERC apoya al Gobierno en el Congreso y podría respaldar también al alcalde Collboni en Barcelona y a Salvador Illa en la elección como jefe del Ejecutivo catalán para completar la terna institucional que tanto incomoda a destacados sectores del partido, pues visualizaría la situación subsidiaria de la formación respecto a un partido no soberanista. La consulta entre la militancia de ERC se había convocado cuando ya hay alas del partido que están verbalizando en público su rechazo a pactar con los socialistas. Es el caso de la federación de Lérida o las juventudes de la formación.

Amenazas de la dirección

Los republicanos ya pactaron los Presupuestos municipales y era cuestión de tiempo que se plantearan entrar al Gobierno de la capital catalana, pero lo que más ha molestado entre los sectores del partido que se oponen a la entente es el momento elegido, con la decisión sobre la investidura de Illa en el horizonte (que también deberá tomar la militancia) y en pleno debate interno tras las debacles electorales y las dimisiones de pesos pesados como Oriol Junqueras -este con la pretensión de volver-, Pere Aragonès y Marta Rovira ante el congreso de noviembre. Esos mismos sectores incluso habían deslizado que la dirección podría no validar la decisión de la militancia.

La luna de miel independentista, mientras, ha durado más bien poco. La aprobación de la amnistía propició que el secesionismo catalán volviera a cohesionarse y reverdeció la vieja unidad del 2017, que le ha permitido pactar la presidencia y el control del Parlament a pesar de que no tiene la mayoría absoluta. Esa recuperada unidad apuntaba a que la investidura catalana, al menos en el primer intento, sería de color nacionalista. Pero Junts ha parado máquinas y ERC se siente utilizado y al mismo tiempo traicionado.