Los Mossos desarticulan una trama de pederastia que cometía agresiones sexuales grupales

Cristian Reino BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

Mossos

La policía catalana ha detenido a 16 personas y ha identificado a 11 víctimas menores de 16 años

28 jun 2024 . Actualizado a las 16:54 h.

Los Mossos han desarticulado una trama de pederastas que presuntamente cometía agresiones sexuales en grupo a menores de 16 años que eran captados a través de las redes sociales. La operación ha permitido detener a 16 personas (podría llegar a haber hasta 30) e identificar a once víctimas, dos chicas y nueve chicos, pero podría haber catorce menores más afectados.

El principal investigado y máximo responsable de la trama, que tenía antecedentes policiales por un presunto delito de prostitución de menores en Valencia en el 2010. La investigación sitúa la trama en el domicilio del principal acusado, quien junto a los otros 15 depredadores sexuales habría participado directamente en las agresiones sexuales en grupo. Al principal investigado se le relaciona con la grabación de 250 vídeos de agresiones cometidas por él y terceras personas entre el 2016 y el 2022 en varias localidades de España.

La investigación se inició a finales del 2021 cuando los Mossos d'Esquadra tuvieron conocimiento de la denuncia de una víctima de 12 años que habría sido agredida sexualmente junto a otros menores por un mismo hombre entre mayo del 2020 y octubre del 2021. En un hilo de conversación entre dos de los investigados se contabilizaron referencias a 79 agresiones sexuales a menores.

En el domicilio del principal investigado se ejercía la prostitución de menores, siempre controlada por este, quien hacía la promoción de los menores -encargándose incluso de los reportajes fotográficos-, búsqueda de clientes, pactaba el precio y facilitaba el escenario donde se llevaban a cabo estos delitos, que a su vez aprovechaba para grabar con cámaras ocultas. En algunas de estas agresiones se sometía a las víctimas a prácticas sadomasoquistas, a prácticas sexuales grupales y en ningún caso les ofrecían medidas de profilaxis.

Los depredadores sexuales investigados aprovechaban las necesidades económicas o psicosociales y las adicciones de algunas de las víctimas para ganarse su confianza y les compensaban con regalos, dinero o drogas. De esta forma intentaban generar un vínculo emocional con ellos para evitar que los denunciasen.