Bruselas insiste en enviar ayuda pese a que Albares no solicitó nada concreto
ESPAÑA
En los primeros días tras la catástrofe, Ursula von der Leyen y Josep Borrell dejaron claro que la UE estaba «preparada para ayudar»
05 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.La Comisión Europea insistió ayer en su disposición a ayudar a España ante las consecuencias de la dana, que ha dejado, al menos, 215 fallecidos en Levante, la mayoría en Valencia, después de que la reunión con el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, no haya dado ningún resultado concreto. Albares debatió con el comisario de Gestión de Crisis, Janez Lenarcic, «los recursos e instrumentos para dar apoyo y reconstrucción por los efectos de la dana», informó en redes sociales el jefe de la diplomacia española.
El objetivo del encuentro era identificar qué tipo de ayuda puede brindar la Comisión Europea, aunque, por el momento, España no ha activado el Mecanismo Europeo de Protección Civil, el instrumento con el que la UE coordina el envío de ayuda de emergencia a un Estado miembro que se ve desbordado por una catástrofe natural.
En los primeros días tras la catástrofe, la jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, y el alto representante de Política Exterior, Josep Borrell, dejaron claro que la UE estaba «preparada para ayudar», y recordaron la posibilidad de acudir al Fondo de Solidaridad para catástrofes, aunque el proceso es más lento porque requiere de una evaluación previa de los daños, y que los Veintisiete y la Eurocámara den luz verde al desembolso. Tras la reunión, el comisario esloveno reiteró que Bruselas está lista para coordinar la ayuda frente a esta crisis. El portavoz principal de la Comisión Europea, Eric Mamer, recordó que la UE presta apoyo ante el desastre en España con el sistema de satélite Copernicus, y que «está lista para asistir de cualquier otra forma que sea considerada apropiada».
En las inundaciones que golpearon el centro de Europa este septiembre, Polonia y la República Checa solicitaron el instrumento europeo para hacer frente a la situación, mientras que países como Hungría y Austria optaron por gestionar la crisis de forma interna. Entonces, la UE suministró cientos de deshumidificadores, esenciales para secar los edificios dañados por el agua y ayudar en los esfuerzos de recuperación, además de tratamiento de agua.