Alba tiene 25 años y es ganadera: «Meu tío morreu e quedei coas súas vacas, non quería vendelas»

GANADERÍA

ÓSCAR CELA

Tomar las riendas de una explotación ganadera no es fácil. Aunque venga de familia. El programa de tutorías de la Consellería do Medio Rural ayuda, con asesoramiento, a quienes, como Alba y José, apuestan por el campo

17 dic 2025 . Actualizado a las 13:50 h.

De pequeña, Alba Paz disfrutaba pasando muchas de sus tardes entre las vacas de la explotación ganadera de su tío. «Sempre andaba no medio delas, encantábanme», relata la joven, que acaba de cumplir 25 años. Estudió el ciclo medio de Xestión Forestal e do Medio Natural y se planteó preparar una oposición tras acabarlo, pero hace dos años tomó una decisión trascendental. Su tío, ese que le enseñó a entender las necesidades de los animales, falleció. «E meus pais xa tiñan cada un o seu traballo e só había dúas opcións: ou vender as vacas ou quedar con elas», comenta. Pero no se lo pensó mucho y decidió dar el paso: «Dixen: “A ver que pasa”, e collín as vacas».

Cogió el relevo de su familiar y ahora se dedica al 100 % a su explotación extensiva de vacuno en A Pastoriza (Lugo). «O que máis me gusta é estar cos animais. Eu vou todos os días xunto delas e son bastante mansiñas; hai dúas que sempre acaricio e xa veñen cara a min, teslle que dar as súas fregas e elas son felices», relata. Alba está convencida de que su futuro está en la ganadería, pero admite que no fue del todo fácil emprender en el sector: «Eu metinme soa, e claro, traballar con elas é outro mundo, porque tes que coñecelas, saber cando van parir... É bastante complexo».

Pese a que la experiencia familiar jugó un papel importante, eran muchas las dudas que rondaban la cabeza de Alba antes de emprender al frente de su explotación. Porque dedicarse a la ganadería no es solo preocuparse del cuidado de los animales. Como en cualquier otro negocio, la documentación, las facturas y los cálculos forman una parte indispensable de su día a día. Esa parte burocrática era precisamente la que más le asustaba, y por eso decidió pasarse por la Oficina Rural de Meira, donde la animaron a unirse al programa de tutorías y asesoramiento de la Xunta para facilitar el relevo generacional en el sector primario.

Tras informarse bien, Alba comenzó a formar parte del programa y conoció a Amparo, su tutora. «Os primeiros meses morréronme varias vacas e eu xa dubidaba, pero Amparo díxome que tiña que arriscar. Fixo todo o posible para animarme a seguir», rememora. El programa de tutorías, que benefició en el 2024 a más de medio millar de gallegos, facilita la incorporación de jóvenes y nuevos ganaderos que buscan sumarse o ponerse al frente del negocio familiar.

Para hacerlo posible y garantizar que sus objetivos profesionales llegan a buen puerto, el Gobierno autonómico pone a disposición de los beneficiarios un tutor que está disponible para resolver dudas en todo momento, y también ofrece cursos —250 horas son obligatorias, si no se tiene formación previa— y otras actividades para profesionalizar la carrera de estos ganaderos. Todo, ligado a una ayuda mínima de 30.000 euros que los candidatos reciben con la condición de desarrollar un plan empresarial y de inversiones que garantice la viabilidad del proyecto a largo plazo.

«Empecei con 14 vacas, pero fóronme morrendo e quedei con sete. Este ano comprei outras sete e agora, entre xatos e bois, teño 22 cabezas», explica, resaltando que sin la subvención que recibió no podría haber aumentado la dimensión de su explotación «tan de repente». Y de cara al futuro, se marca como objetivo alcanzar las 30 vacas.

Como para muchos jóvenes y nuevos ganaderos en la comunidad, el proceso de tutorización fue clave para Alba, que apostó por mantener el modelo de ganado extensivo de su tío. «Eu con Amparo [su tutora], xenial, sempre me chamaba para informarme e para avisarme de titorías, de charlas que ían saíndo, viñeron aquí para ver que todo estaba ben, e tamén me falaban das axudas. Non me podo queixar, porque me resolveron todo o que necesitei», añade, comentando que el mayor aprendizaje está «no día a día».

Desde el otro lado, Amparo Rivas, ingeniera técnica-agrícola y tutora en la Oficina Rural de Meira, explica cómo funcionan estas tutorías. «Hai unha primeira entrevista para entrar en contacto con eles e comezar a guialos», precisa. Después, los tutores y otros técnicos visitan la explotación y los jóvenes —o nuevos ganaderos, que pueden unirse al programa hasta los 55 años— les explican qué les gustaría hacer. Finalmente, resuelven dudas burocráticas y económicas y se enlista a los candidatos en los cursos necesarios.

Para Amparo, que ha tutorizado a unos 15 jóvenes a lo largo de su trayectoria profesional, el trabajo resulta muy gratificante. «Acompañas os mozos, e tes un vínculo con eles, porque estás aí para que che pregunten e para axudalos a que cumpran os requisitos e os prazos para darse de alta como autónomos e como agricultor profesional, para a declaración da renda...», comenta, explicando cómo también se pone en contacto a los jóvenes con gestorías y asesores externos para guiarlos en todos los trámites.

Cualquier tipo de perfil y cualquier tipo de explotación son compatibles con el programa de tutores para facilitar el relevo generacional. «O tema da explotación xa o vivín no día a día durante toda a vida, pero o do papeleo xa era máis difícil. Tiña o práctico, pero faltábame aprobar o teórico», dice entre risas José Pedro Castro, un ganadero de 38 años que también se unió a la iniciativa de la Consellería do Medio Rural para ponerse al frente de la explotación familiar de ganado vacuno de carne en Ordes. Ha recibido asesoramiento y en enero empezará en Monforte el curso obligatorio de capacitación agrícola.

MEJORAR LA EXPLOTACIÓN

«Sempre me gustou, e sempre vin na gandería o meu traballo do futuro», comenta, explicando que decidió coger el relevo de su padre, que acaba de jubilarse, tras 18 años trabajando en otro sector. Tras ponerse en contacto con la Oficina Rural de su localidad, tuvo una primera reunión con su tutora y lo fueron guiando en todo el proceso, que le permitió ampliar su explotación. «Estou incorporando máis animais, agora hai 30 que xa herdei do meu pai e teño agora 14 tenreiras máis en recría para que sexan futuras nais», abunda.

Pero José Pedro no solo ha ampliado la dimensión de su negocio. Las ayudas de los planes de mejora que solicitó con la subvención vinculada a las tutorías le han permitido mejorar sus instalaciones. «Mellorei en varios espazos, nos paritorios, por exemplo, e o meu obxectivo agora é mellorar o manexo dos animais e seguir medrando», revela. Como Alba, este ganadero recién incorporado a la profesión asegura que sí podría haber pensado en ampliar la explotación sin el programa de tutorías, pero cree que «non sería tan fácil, porque aquí tes unha persoa que te aconsella en calquera momento do día e con calquera dúbida que xurda».

Durante el proceso, los candidatos deben comprometerse a mantener las explotaciones durante cinco años. «Tenche que gustar, porque se non, déixalo unha vez cumpres os compromisos», recomienda Rafa Muíños, jefe de área de las oficinas rurales de Ordes, Arzúa e Melide. Concuerda con ello José Pedro: «É un oficio sacrificado, pero traballar cos animais está moi ben».