Rosauro Varo, el hombre que está en todos los saraos: de pareja de Amaia Salamanca y un pelotazo con Pepephone al caso Begoña Gómez
ESPAÑA
El empresario sevillano, hijo de una histórica socialista andaluza muy cercana a Susana Díaz, ha sabido moverse un poco por todas partes labrando relaciones sin importar el signo: Sánchez, la familia Aznar, Monedero o C. Tangana
24 ene 2025 . Actualizado a las 09:27 h.Rosauro Varo es de estos perfiles que cuesta definir en un solo adjetivo. Incluso es complicado hacerlo en una sola frase. El sevillano es hijo de una histórica socialista andaluza muy cercana a Susana Díaz; pero también próximo a Sánchez, la familia Aznar o hasta Monedero; empresario de éxito que pegó el pelotazo con PepePhone y ahora director jurídico de Telefónica; marido y padre de los tres hijos de la conocidísima actriz Amaia Salamanca; emprendedor de varios negocios del mundo de la noche; propietario de una sociedad de inversión; con contactos que van desde Génova a Ferraz y Moncloa, y también en el mundo de la socialité; vinculado tanto a El Español como al Grupo PRISA, y que suena incluso en algunos foros como heredero de Florentino Pérez en el Real Madrid. No es por tanto casual, con este currículo, que su nombre se haya colado también en el caso Begoña Gómez, en el que ha declarado como testigo.
Rosauro Varo nació en Sevilla el 1 de febrero de 1979. Su padre, médico experto en epidemiología; su madre, Juana Amalia Rodríguez Hernández, histórica dirigente socialista que fue diputada por Sevilla. Una vocación de servicio público, la de sus dos progenitores, que no siguió Rosauro. Lo suyo siempre estuvo más vinculado a las relaciones públicas y a moverse con soltura en cualquier ambiente, fuera del signo que fuera. Sus hermanos, en cambio, sí siguieron el camino de la medicina de su padre.
Cuando él era aún un adolescente, sus padres se divorciaron, y Amalia Rodríguez comenzó una relación con el fiscal Emilio de Llera, también muy vinculado al PSOE. La relación de Rosauro con el socialismo siempre ha estado ahí. Y aunque su madre era íntima de la enemiga de Pedro Sánchez en la lucha por el trono socialista, Susana Díaz, él ha conseguido labrarse una buena y próxima relación con el actual presidente del Gobierno.
Ya mayor de edad, Rosauro empezó con lo que sabía que se le daban bien: los negocios. Primero como comercial de bebidas, luego con sus propias empresas relacionadas con la hostelería en la zona de Sevilla y Málaga, y más adelante acabaría dando el pelotazo con Pepephone. Varo ayudó a los hermanos Javier y Cristina Hidalgo a relanzar el operador móvil y, años más tarde, la vendieron a MásMóvil por una cantidad de 158 millones de euros. Una operación que, a la postre, le acabó haciendo entrar en Telefónica como uno de sus principales accionistas individuales.
Como empresario y emprendedor, tocó todos los palos. Licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla; construyó un emporio nocturno con más de 21 locales y una de las discotecas más emblemáticas de Sevilla a principios de siglo, Boss; creó cuando aún no tenía ni 20 años una sociedad de inversión, GAT, con presencia en todo tipo de sectores; invirtió en hoteles o complejos residenciales; y se lanzó incluso a las licencias de VTC. Este sería el primer gran varapalo en su trayectoria, hasta entonces incólume.
Rosauro Varo había invertido en la compañía Vector Ronda Teleport, y con ella acabaría convirtiéndose en uno de los principales accionistas de Cabify. Fue uno de los proyectos de mayor éxito del país, pero el caos regulatorio del momento, tras las protestas airadas de los taxistas de varias ciudades el país, estuvo a punto de dar al traste con el negocio, aunque finalmente consiguió que la sangría no fuese tal.
Su cara empieza a hacerse entonces omnipresente en todos los saraos. Lo mismo está vinculado con Pedro Sánchez que con la familia Aznar, con C. Tangana que con Alfonso de Borbón. Tanto ayuda a Monedero con una de esas consultorías que aparecen mencionadas en el caso Neurona como se mete en el consejo de administración de El Español o del grupo PRISA, donde llega a ser vicepresidente de la compañía durante unos años.
A la vista de sus contactos, sus conquistas amorosas no iban a ser menos. Parte de la beautiful people compuesta por esos hombres de amplia melena al viento, su fama en los mentideros del corazón estaba a la par que otros famosos solteros de la jet set. Saltó primero a las revistas rosas como novio de Eugenia Martínez de Irujo y luego de Vicky Martín Berrocal. Pero con la que se asentó fue con la actriz Amaia Salamanca, a la que conoció en el 2009 cuando estaba en su cumbre de popularidad por Sin tetas no hay paraíso. Con ella tiene tres hijos: Oliva, Nacho y Mateo, con quienes vive en una lujosa urbanización en La Moraleja. Aunque no se han dado el «sí quiero». «No me he casado porque no lo veo necesario», decía la actriz. Los rumores de los últimos años, que apuntaban primero a una separación, han hecho a muchos suponer una relación abierta en la pareja.
Ahora, el nombre de Rosauro Varo emerge de nuevo tanto en las declaraciones de Víctor de Aldama, que dice que hizo de puente entre el sevillano y el presidente de Correos Juan Manuel Serrano para un posible negocio de la empresa de mensajería con Telefónica, y también en el caso Begoña Gómez, a la que supuestamente habría ayudado a conseguir financiación para su cátedra.
Con todo el historial de Rosauro Varo de estar metido en todas las salsas, lo raro sería, posiblemente, que no saliera su nombre.