La Generalitat paralela creada por Puigdemont en Bruselas hace aguas

Xavier Gual BARCELONA / E. LA VOZ

ESPAÑA

Toni Comín, de Junts
Toni Comín, de Junts David Borrat | EFE

El Consejo de la República celebra elecciones en febrero entre acusaciones de corrupción

28 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Nuevo serial en el esperpento en que se ha convertido el Consejo de la República de Carles Puigdemont, la Generalitat paralela creada por el líder del 1-O en Bruselas. La entidad independentista, de la que el dirigente prófugo dimitió antes de recuperar la presidencia de Junts el pasado octubre, celebrará elecciones entre el 8 y el 12 de febrero, en un clima marcado por las acusaciones de corrupción contra su exvicepresidente, exconsejero y eurodiputado electo, Toni Comín.

La mano derecha de Puigdemont en Waterloo pagó con fondos de la entidad el alquiler de un vehículo y de un apartamento por más de 5.000 euros, además de abonar impuestos y una multa, y retirar otros 6.000 euros en efectivo. En total, más de 15.000 euros sin justificar. La junta gestora que se hizo cargo del ente denunció el pasado viernes presiones del político independentista sobre el auditor que reveló los pagos irregulares, Miquel Verdaguer. Algo que el señalado negó este lunes. «No tengo nada que esconder», respondió Comín en una rueda de prensa en la que cargó contra la junta, a la que acusó de pretender perjudicarlo en su carrera por hacerse con la presidencia del CdRep. «Dónde se ha visto que quien tiene que velar por un proceso electoral desde la imparcialidad, pocos días antes de la campaña electoral, haga un comunicado en contra de uno de los candidatos», señaló. Otro de los aspirantes, el abogado y concejal de Canet de Mar (Barcelona), Jordi Castellà, criticó la gestión de Puigdemont, cuando este lo presidía. «Solo ha servido para obtener indultos y amnistías», explicó a Europa Press. Según Castellà, defensor de la vía guineana para alcanzar la secesión de Cataluña, el CdRep ha priorizado el objetivo «personal y partidista» antes que el colectivo. «Se nos prometió que sería el gobierno de la república, que se institucionalizaría y se buscarían apoyos internacionales, y no se ha hecho ni una cosa ni la otra», lamentó.

Lo cierto es que la entidad que debía culminar el proceso independentista catalán desde el extranjero sufre una lenta agonía. Tras no alcanzar el apoyo social esperado, apartada del foco mediático, el propio Puigdemont la abandonó, la dirección dimitió en bloque y asumió sus funciones una gestora, que ha reducido su estructura por falta de fondos.