La exnovia de Ábalos admite que cobró sin trabajar de empresas públicas y asegura que no sabe quién pagaba su piso
ESPAÑA
Jésica Rodríguez que ha declarado como testigo, ha llegado oculta tras unas gafas y una peluca
07 mar 2025 . Actualizado a las 12:10 h.Jésica Rodríguez García, la pareja de José Ábalos entre finales del 2018 y finales de 2020, decidió no tirar de la manta este jueves en el Supremo y no implicar más a su expareja, a la que trató de desvincular de cualquier irregularidad, pero tuvo que acabar por reconocer que cobró de empresas públicas sin llegar a trabajar nunca en ellas.
La comparecencia de Rodríguez, que llegó al alto tribunal escondida bajo una peluca negra y unas gafas oscuras y prácticamente embozada, no despejó muchas incógnitas, a pesar de que su condición de testigo le obligaba a decir la verdad. Así, la excompañera sentimental del exministro aseguró en el alto tribunal no saber si fue la trama corrupta que dirigía Víctor de Aldama la que durante dos años y medio pagó el alquiler de su piso de lujo en el centro de Madrid como forma de mordida al exdirigente del PSOE, una de las principales pruebas de cargo contra Ábalos.
Esta mujer, que según la Guardia Civil mantuvo una «relación especial» con el ministro, afirmó ante el juez Leopoldo Puente en su declaración, que duró unos 45 minutos, que en realidad ella gestionaba el día a día de la vivienda (reparaciones y demás) con Koldo García, entonces asesor de Ábalos, pero que nunca supo quién abonaba las mensualidades de alquiler del apartamento de lujo que Jésica ocupó en uno de los rascacielos de la Plaza de España de Madrid hasta que en marzo del 2022 la red decidió no seguir costeándole el alojamiento, según sostiene la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. Lo único que confirmó la testigo es que efectivamente ella no desembolsó un euro.
La UCO afirma precisamente que el abono de esas mensualidades es uno de los principales indicios contra Ábalos, ya que los investigadores han certificado que De Aldama, a través del testaferro Luis Alberto Escolano, pagó 88.101 euros por 32 meses de alquiler de ese inmueble. La exnovia de Ábalos aseguró que cuando tenía algún problema en la vivienda, por indicación de Koldo García, efectivamente llamaba a Escolano para que se encargara de resolverla.
Rodríguez esquivó las acusaciones de cohecho a su «exnovio» en forma de costoso arrendamiento, pero no pudo zafarse de otras de las imputaciones: la de cobrar dinero público sin trabajar. Los informes de la Guardia Civil revelan que Rodríguez fue enchufada en empresas de la Administración central al poco de comenzar su relación «particular» con el dirigente socialista. Este jueves, la testigo admitió que efectivamente estuvo en plantilla de dos empresas públicas pero que no realizaba función alguna. En cualquier caso, afirmó, el exministro no intervino en esa contratación aparentemente fraudulenta. Es más, nunca le pidió trabajo.
Según los informes que constan en el sumario, a pesar de no tener ninguna experiencia, Rodríguez fue contratada primero desde el 1 de marzo de 2019 hasta el 28 de febrero de 2021 en Ingeniería y Economía del Transporte (Ineco) dentro del ministerio de su «novio». Luego, desde 2 de marzo de 2021 hasta el 1 de septiembre de ese año estuvo en nómina de Tragsatec, dependiente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Según la testigo, fue Kepa García, hermano de Koldo, quien la colocó en las dos compañías. De nuevo -según fuentes presentes en el interrogatorio- no citó en ningún momento a Ábalos en relación con este doble chanchullo laboral.
Precisamente, como «asesora» de Ineco y aunque su empleo era de «administrativa», Ábalos sumó a su amante a las comitivas oficiales de los viajes del Ministerio de Transportes fuera del país. En la aplicación con el calendario de Koldo García han aparecido hasta «16 vuelos a distintas ciudades de España y del extranjero» de Ábalos y su novia gestionados por el exasesor; entre ellos tres desplazamientos gubernamentales para participar en sendas cumbres en Rusia, Canadá y Emiratos. En una carta, el exministro sostuvo que esos viajes de Jésica dentro de las comitivas fueron pagados siempre de su propio bolsillo.