Una mujer de 24 años embarazada de 7 meses muere en un hospital extremeño por una peritonitis tras acudir ocho veces a urgencias

I. G. LA VOZ

ESPAÑA

Samara, fallecida el 28 de diciembre por una peritonitis en un hospital pacense.
Samara, fallecida el 28 de diciembre por una peritonitis en un hospital pacense. TOT ES MOU | TV3

Le daban el alta constantemente en el Hospital de Llerena pese a que los análisis mostraban valores críticos de leucocitos. «Me he quedado sin mi hija y sin mi nieto», dice la madre de Samara Calvete, que ya ha denunciado el caso

26 jun 2025 . Actualizado a las 19:41 h.

Samara Calvete era una joven de 24 años con, como suele decirse, toda la vida por delante. La felicidad en su familia era plena. Estaba embarazada y pronto llegaría un nuevo miembro a la familia. Pero entre el 11 de octubre y el 28 de diciembre del pasado año, tuvo un problema de salud que, desgraciadamente, le acabó costando la vida. Entre esas fechas, la joven acudió al servicio de Urgencias del Hospital de Llerena, en Badajoz, en reiteradas ocasiones. En todas ellas le dieron el alta pese a que, como ha denunciado su familia, las analíticas mostraban datos anómalos de leucocitos y proteína C reactiva. A tres días de empezar el 2025 murió en otro hospital extremeño, el de Zafra. «Todo lo achacaban al embarazo», dice llorando la pérdida su madre en el programa Tot es Mou de la televisión catalana.

«Samara empieza a vomitar y pierde la conciencia, por lo que comienza a ahogarse en sus propios vómitos», indica la denuncia a la que han tenido acceso medios locales sobre el fatídico 28 de diciembre, día en el que Samara llegó por la mañana al centro sanitario con molestias gástricas que empeoraron con el paso de las horas. Inicialmente, tras tres horas, le dijeron que se fuese, pero por la noche sería ingresada ya en estado más grave. De madrugada, ordenado el traslado al hospital de Zafra, las pruebas detectaron la muerte del feto, de 7 meses. Intentan entonces los médicos a la desesperada inducirle el parto, pero todo se precipita. «El personal sanitario tardó unos 15 minutos en personarse», señala la demanda que ha presentado la familia en el Juzgado de Instrucción número 1 de Llerena. Comprueban que no tienen pulso e intentan reanimarla sin éxito durante 45 minutos, estableciendo el Instituto Anatómico Forense de Badajoz que la joven murió por una peritonitis.

@mirimr_3

Esta es la historia de nuestra amiga Samara, contada por su madre Yoli. Con 24 años y embarazada de 7 meses les arrebataron la vida a ella y a su bebé en EL HOSPITAL por IGNORARLA. Queremos justicia y la tendremos. Por ella, por su familia, por todos los que nos hemos quedado sin su sonrisa. â¤ï¸â€ðŸ©¹ Podéis verlo completo en el siguiente enlace: https://www.3cat.cat/3cat/un-jutjat-investiga-la-mort-duna-embarassada-de-7-mesos-que-va-anar-4-vegades-a-un-hospital-extremeny-amb-peritonitis/video/6347137/

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Homicidio por imprudencia grave

Se trata, para el abogado Javier Benito, que representa a la familia de Samara de un «homicidio por imprudencia grave y no de una negligencia médica». Según sus palabras en una emisora de la Cadena Cope, «es inasumible que en pleno siglo XXI, en un centro médico de un país del primer mundo, no se diagnostique una peritonitis, que acabe conllevando la muerte del feto y de la madre». El juzgado, que investiga ya el caso, ha pedido la identificación de los sanitarios que atendieron a Samara y ha solicitado las grabaciones de las cámaras de seguridad para comprobar cuánto tiempo estuvo en la sala de espera a pesar de la gravedad de sus síntomas.  

«Vomitaba y seguían diciendo que era una gastroenteritis, cuando no tenía dolor ni fiebre», dice su madre a TV3. Yolanda Delgado se refiere al pasado 28 de diciembre como «el peor día que hemos podido pasar y que pasaremos, no lo olvidaremos en la vida». Para ejemplificar lo que ella cree que fue una mala praxis de los profesionales, recuerda que en los análisis «constan 22.000 leucocitos (glóbulos blancos), cuando los rangos normales suelen estar entre 4.000 y 11.000 por microlitro de sangre», lo que sería «una infección en el organismo». «Para qué le hicieron los análisis? Ni siquiera lo miraron. Nada más con ver esos valores, mi hija tendría que haber ido a una unidad de vigilancia intensiva y debería haber sido operada de urgencias», lamenta lo ocurrido.

«Podría haber seguido viva»

Argumentan que el traslado a otro centro a 40 kilómetros de distancia en su estado e inducirle el parto, empeoró aún más la situación: «Mi hija podría haber seguido viva». Ahora la familia busca «justicia», aunque ya nada les devolverá a Samara: «Yo me he quedado sin mi hija, me he quedado sin mi nieto; mi marido se ha quedado sin su hija, se ha quedado sin su nieto; mi hijo se ha quedado sin su hermana, se ha quedado sin su sobrino; mi yerno se ha quedado sin su mujer, se ha quedado sin su hijo, y toda mi familia nos hemos quedado con la falta y la ausencia de una persona que tenía vida con 24 años».