Illa intenta calmar a Esquerra y le garantiza que Cataluña podrá recaudar todo el IRPF en el 2028
ESPAÑA

Los críticos con Junqueras se rebelan y piden romper con el PSC
02 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El cupo catalán se está convirtiendo en un campo de minas incluso para sus propios impulsores. Tras el reconocimiento expreso de que el PSC no podrá cumplir el principal compromiso adquirido con sus socios de Esquerra en Cataluña, la gestión del 100 % del IRPF en el 2026, el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, tuvo que emplearse a fondo ayer para calmar los ánimos entre las huestes de Oriol Junqueras. Desde China, el dirigente socialista templó gaitas, garantizando a los republicanos que Cataluña alcanzará la «gestión completa y total» del IRPF en el 2028, «siguiendo el curso establecido» en los pactos de investidura suscritos hace justo un año. Illa ponía sordina así al documento redactado el jueves por la Consejería de Economía, que apenas se comprometía a asumir dentro de tres años «determinadas funciones» del impuesto sobre la renta. «El Gobierno no vende humo, pone sobre la mesa un plan realista», insistió Illa desde Shanghái, tratando de tranquilizar a sus socios, dispuestos a dejarlo de nuevo sin Presupuestos el año que viene. El político catalán restó importancia a la fecha y puso el acento en lo sustantivo: una «gestión entera» del IRPF, que incluye también la inspección y la revisión, «es lo que acordamos con Esquerra», puntualizó.
Incierto horizonte
El anuncio del plan director de la Hacienda catalana, que deja para un incierto horizonte temporal el principal acuerdo por el que Esquerra entregó la Generalitat a los socialistas, cayó como un mazazo en la sede de los independentistas de izquierdas. Aunque, de puertas afuera, la dirección del partido evitó las declaraciones altisonantes. En una entrevista en la Ser, el portavoz de ERC, Isaac Albert, afirmó que más allá de los plazos lo que realmente les preocupa es que «no se está avanzando» en las reformas legislativas que necesita la financiación singular catalana. Albert apuntó a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, para advertirle que se «ponga las pilas». El lunes pasado, el propio Junqueras dirigió el grueso de las críticas a la vicepresidenta del Gobierno, a la que hizo responsable del bloqueo de las negociaciones por el cupo catalán. «No actúa como ministra, sino como candidata electoral», le espetó.
Mientras los dirigentes de la formación tratan de contemporizar, el sector crítico aprovecha el momento para sacar pecho y recuperar protagonismo. Xavier Godàs, que el año pasado le disputó la presidencia en un duelo fratricida que acabó ganando Junqueras por la mínima, pidió que no se facilite la gobernabilidad al PSC mientras los socialistas incumplan los acuerdos de investidura. Godàs recordó que en el 2028 habrá elecciones catalanas, si Illa agota la legislatura, y un año antes previsiblemente las generales, si Sánchez logra hacerlo. «Si se dilatan y se desdibujan los acuerdos, no se tiene que facilitar la gobernabilidad», señaló en su perfil de X. Fuego Nuevo, la otra candidatura que hizo bandera del no a Illa, también cargó contra el PSC. «Es el engaño que hace un año algunos dijimos que se acabaría consumando; sencillamente, porque era evidente. El anuncio se hace un 31 de julio para que tenga el mínimo impacto. Si fuera uno de los impulsores de este acuerdo me sentiría avergonzado», sentenció el concejal de Sabadell, Gabriel Fernàndez.