Aldama asegura al Supremo que Ábalos pagó 20.000 euros en negro por un bajo comercial en Valencia
ESPAÑA

El empresario sostiene que él mismo se encargó de modificar «el contrato original» para ocultar los pagos en efectivo y variar el contrato de compraventa
21 oct 2025 . Actualizado a las 13:23 h.El presunto conseguidor del caso Koldo, el empresario Víctor de Aldama, ha entregado en el Tribunal Supremo un escrito en el que afirma que el ex ministro de Transportes José Luis Ábalos usó 20.000 euros de dinero negro para comprar un local comercial junto a su entonces mujer, Carolina Perles, el 23 de marzo del 2020 en Valencia, en plena pandemia.
De Aldama se hace eco de un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que refleja que en una cuenta bancaria del matrimonio consta un ingreso de 50.000 euros en concepto de préstamo, así como la emisión de dos cheques bancarios por un total de 77.215 euros, para la empresa Metalúrgica de Cerrajera del Mediterráneo.
La UCO vinculó estos movimientos de dinero a la compra de dicho local por 90.000 euros el 8 de julio del 2020, si bien reflejó que en un ordenador portátil incautado en casa de De Aldama se encontró el contrato de esa operación inmobiliaria cuatro meses antes por un precio de 110.000 euros.
Entonces, la Guardia Civil dedujo que «los cheques reseñados se corresponderían con el pago de parte de los 90.000 euros a satisfacer el 8 de julio de 2020», indicando que, respecto a los 20.000 euros restantes, «analizadas las cuentas bancarias vinculadas a Ábalos, no se han localizado movimientos que pudieran constituir el pago de estas arras, desconociendo si se habría producido y en qué condiciones».
En este nuevo escrito, que dice aportar para «auxiliar a la investigación», Víctor de Aldama explica que esa diferencia de 20.000 euros se debe a que el «contrato original», como se refiere al fechado el 23 de marzo del 2020, se enmendó el 4 de abril de ese año, para modificar «a la baja» el precio de compraventa, desde los 110.000 a los 90.000 euros que se reflejaron en la escritura pública el 8 de julio.
De Aldama aporta al Supremo ese contrato modificado y el correo electrónico en el que una empleada suya se lo envía. «Jefe. Ahí está el contrato. He cambiado otra cosa respecto al original. Si quieres te cuento cuando lo leas», reza el correo electrónico.
La defensa del empresario afirma que estos documentos no solo acreditan que Víctor de Aldama participó en la confección de las distintas versiones de dicho contrato, pese a que «no intervenía formalmente» en la operación inmobiliaria, sino que «la razón de la modificación del contrato no fue otra que la de adaptar el texto a la cantidad por la que se otorgaría la escritura pública de compraventa, y no dejar constancia de los pagos realizados en efectivo al vendedor, siendo el precio real notoriamente superior».