Una fábrica de colchones que también elabora mascarillas
Espomasa, en Toques ha duplicado su facturación en el último año
La Voz
Los padres de Javier Castro fundaron una fábrica de colchones en Toques hace 37 años, de nombre Espomasa, en la que trabajaban 22 personas. Hasta que estalló la pandemia. Ahora cuentan con 32 empleados y antes del verano alcanzarán el medio centenar, según explica Castro. Lo que les ha hecho crecer en el último año han sido los colchones, pero, sobre todo, las mascarillas. Porque los hermanos Castro, Javier y Miguel, vieron enseguida dónde estaba el verdadero negocio: en las mascarillas contra el virus. «Cuando saltó todo empezamos a pensar cómo podíamos colaborar, no había nada y decidimos adaptar una de las máquinas con las que fabricamos el lateral del colchón para elaborar mascarillas», revela Miguel. Así empezaron, realizando 80 piezas por minuto, y continuaron encargando una máquina específica para la tarea. Buscaron donde las había, en China. Contrataron el aparato «y nos lo fabricaron en doce días, lo trajimos en un avión de carga hasta Vigo y en veinte días lo teníamos aquí», detalla. Con la nueva máquina fabrican 90.000 mascarillas higiénicas al día. Pero los Castro no se conforman y acaban de encargar tres máquinas más para elaborar FFP2, con las que serán capaces de sacar al mercado 280.000 al día. Eso sí, trabajando a destajo. Esa nueva línea de producto ha obligado a adaptar las instalaciones de Toques para montar las denominadas salas blancas para ajustarse a la estricta normativa de higiene.
Espomasa pasó de facturar seis millones de euros a 14,5 millones, gracias a los protectores faciales contra el virus, pero también a los colchones, cuya venta también se ha disparado, sobre todo, por Internet, canal con el que la empresa ya estaba muy familiarizada.
La compañía fabrica y comercializa sus productos en toda España, a ayuntamientos canarios, cooperativas farmacéuticas...
Javier Castro empezará a fabricar las FFP2. Foto: Paco Rodríguez
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