Notable para la salud auditiva gallega

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Los gallegos andamos bastante bien de oído. La dispersión de la población en zonas rurales y la baja industrialización de las ciudades nos mantiene alejados del principal enemigo de la audición: el ruido. Aún así, los expertos alertan de que, con la sobreexposición de los jóvenes a altos niveles de decibelios en su tiempo de ocio, en un futuro no muy lejano los problemas de pérdida auditiva comenzarán a verse a partir de los 40 años

30 abr 2017 . Actualizado a las 04:00 h.

La alta tasa de población rural gallega ha frenado, en cierto modo, el deterioro de la salud auditiva de la población. A pesar de que existen estudios que aseguran que los gallegos somos los que mejor oímos de España, los especialistas son escépticos con respecto a este tema. «No creo que haya muchas evidencias en este sentido -explica Carlos Martín, jefe del servicio de Otorrinolaringología del CHUS-. Es verdad que, como vivimos en una región alejada de grandes ciudades o países industrializados y nuestra población es más rural, pues sufrimos una incidencia mucho menor del ruido. Y ese es un factor que condiciona nuestra salud auditiva en general, aunque hay otros aspectos que son importantes». Según el experto, en general los gallegos de salud auditiva estamos bien, «aunque es verdad que ahora se dan una serie de condiciones que están influyendo mucho en el deterioro de la salud en la población más joven, por ejemplo». Las discotecas, los conciertos, y el escuchar música a volumen alto en reproductores de todo tipo y ordenadores son factores condicionantes de la pérdida de la calidad de audición. «La causa más importante de pérdida de audición en gente joven -asegura Martín- siempre es la exposición a los ruidos».

El otro problema auditivo en la población gallega se va agravando con la edad. «Hay una sordera que no es considerada como patológica que está relacionada con el paso de los años, porque es verdad que todo el mundo pierde algo de audición partir de los 40, pero es a partir de los 60 y 70 cuando empezamos a ver dificultades en la comprensión del lenguaje y se necesitan ayudas protésicas para que las personas puedan volver a oír». Esto es, dice, inherente a todas las poblaciones, aunque depende de muchos factores, como la herencia genética, la exposición a los ruidos que haya tenido en su vida laboral, si fuma o no fuma...

Por otra parte, el aumento de partos prematuros ha traído como consecuencia una mayor tasa de problemas auditivos en los recién nacidos, aunque «en Galicia hay un screening neonatal y a todos los niños que nacen se les hace una prueba audiológica para determinar su nivel de audición». Cuando se detecta un problema se les hace un estudio y, si la pérdida es importante entran a formar parte de un programa de implantes cocleares, «una técnica que introduce electrodos en la cóclea y permite al niño sordo poder volver a oír sin problemas».

¿Pero nos revisamos los gallegos la audición de forma correcta y en el momento necesario? El experto cree que, en general, los problemas están controlados con pruebas como las que los mayores pasan para renovar el carné de conducir y, además, «las personas que notan problemas auditivos solicitan consulta en su especialista, y a quienes están expuestos a ruidos y quieren saber si su audición está deteriorada les recomendamos una audiometría anual para confirmar cómo progresa la pérdida en función de la exposición que hayan tenido».

En este sentido, el experto aconseja no demorar la revisión cuando estamos expuestos a ruidos en el entorno laboral, aunque reconoce que el problema está en la zona de ocio. «Ahí es donde más bajamos la guardia, porque estamos divirtiéndonos y no somos conscientes de que eso nos puede causar un problema. Un concierto de música rock del que salimos con la sensación de habernos quedado sordos nos dice que el ruido era muy alto. También deben hacerse análisis periódicos los que van de caza y disparan con frecuencia escopetas». Y vuelve a insistir: más de dos o tres horas diarias escuchando música con los MP3 o reproductores de sonido son perjudiciales, y mucho peor si los auriculares son intraóticos, que generan más riesgo de daño auditivo que los auriculares tradicionales o externos.

Otro sector a tener en cuenta son las personas que tienen ciertas enfermedades de base o toman determinados medicamentos que pueden hacerles que tengan más riesgos de tener una pérdida auditivo, como diabéticos, hipertensos, o pacientes que están a tratamiento con quimioterapia.

La sordera condiciona la vida porque provoca aislamiento. «El paciente que no oye -afirma Martín- y no quiere reconocer su pérdida auditiva se aísla, se hace más desconfiado, y eso genera incluso un envejecimiento prematuro por no poner remedio al problema». El experto concluye invitando a quienes tengan problemas de audición a no tener miedo y a reconocer que las ayudas protésicas son la forma de mejorar, «por muy estigmatizado que esté el paciente por llevar un aparato porque crea que los demás piensan que es sordo, porque precisamente lo que está haciendo el aparato es favorecer que recupere su audición».

¿Cómo los limpio?

La higiene es una parte fundamental para la salud auditiva, pero pocos gallegos conocen cómo deben cuidar sus oídos. Los expertos recomiendan utilizar los difusores de agua marina para la limpieza del conducto auditivo, y recuerdan que no es bueno utilizar los bastoncillos, ya que pueden contribuir a la aparición de problemas. Aún así, un 93 % de la población reconoce que los usa para limpiar sus oídos.

Por otra parte, en cuanto a la frecuencia, los especialistas afirman que es mejor dejar pasar dos o tres días entre cada limpieza, para asegurar la higiene al mismo tiempo que dejamos que se mantengan los niveles de cera normales para proteger los oídos.

Por supuesto, en caso de sufrir cualquier molestia lo más útil es consultar al médico para que le derive a un especialista y evitar complicaciones como otitis e infecciones que requieren tratamiento antibiótico.

A partir de los 60 y 70 años es cuando empiezan las dificultades en la comprensión