Crucigramas, los antiarrugas del cerebro

EXTRAVOZ OK

MILA MÉNDEZ / ÁLEX LÓPEZ-BENITO / DANIEL R. PORTELA

El alzhéimer avanza imparable. En el 2050 se estima que se triplicarán los casos. Como medida de contención, los expertos coinciden en recomendar un estilo de vida saludable y ejercitar la mente. El cerebro también necesita estímulos y los crucigramas son un buen método

18 sep 2017 . Actualizado a las 07:35 h.

Es el diagnóstico que, probablemente, más angustia a los mayores. Principal causa de demencia, que solo en Galicia alcanza a unas 60.000 personas, al superar la barrera de los 65 uno de cada diez desarrollará alzhéimer. En realidad, la dolencia ya comienza a gestarse unos 15 o 20 años antes de dar los primeros síntomas. El 21 de septiembre es el Día Mundial de la enfermedad neurodegenerativa cuyo principal interrogante sigue sin respuesta: ¿Se puede evitar? «No hay ninguna fórmula mágica que te diga: si haces esto no tendrás alzhéimer», reconoce el catedrático de Fisiología de la UDC y director del Centro de Estimulación Cerebral de Galicia, Javier Cudeiro Mazaira.

La farmacología actúa sobre los síntomas, los ralentiza o palía, pero aún no es capaz de frenarlos. Muchos de los ensayos en marcha se centran en averiguar hasta qué punto son efectivos los procesos de estimulación cognitiva. «De la misma forma que ejercitamos los músculos, también hay que mantener la mente activa», explica el también director del grupo de investigación Neurocom. El último estudio publicado este verano, realizado por expertos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Exeter y del Kings College de Londres, va en esta dirección. Después de analizar a unas 17.000 personas de 50 años en adelante, han llegado a la conclusión de que los aficionados a los pasatiempos de palabras son mejores en tareas relacionadas con la atención, el razonamiento y la memoria. Su cerebro es diez años más joven de lo que corresponde a su edad, dicen los investigadores británicos. ¿Son entonces los crucigramas un método de prevención? «El mero concepto de ‘rejuvenecer el cerebro’ es peliagudo -advierte Cudeiro-. El estudio se ha realizado sobre una muestra amplia, pero todos son sujetos sanos».

Leer, jugar a las cartas o al ajedrez son recomendaciones habituales. Hacer un crucigrama siempre es saludable, pero hay que ser responsables cuando se habla de ciencia y salud. «Se confirman datos que ya se conocían en personas sanas, la capacidad de declinar de la memoria con los años cae menos si uno sigue este tipo de protocolos, y apunta algo que puede ser positivo: pueden ser también buenos para los enfermos con demencia en estadios precoces. Pero, esto, es algo que aún hay que demostrar», subraya Cudeiro. «É un entretemento creativo. Cando ves a televisión, por exemplo, eres un espectador pasivo», describe Darío Xohán Cabana, académico de la RAG y creador de los encrucillados en gallego para La Voz de Galicia. Precisamente estas actividades fueron uno de los recursos empleados por el psicólogo gallego Manuel Lage para el programa que acaba de presentar en un congreso internacional de psicopedagogía en Portugal. En este caso, los participantes eran pacientes con las funciones cognitivas deterioradas por adicciones. «Los que practicaron pasatiempos de prensa con regularidad tuvieron una mejora significativa», apunta el psicólogo. Ninguno sufría, eso sí, problemas de demencia.

Además de los sudokus y las sopas de letras que hacen trabajar la cabeza, el responsable del Neurocom, Javier Cudeiro, insiste en la importancia de un estilo de vida sana: lo cardiosaludable también es cerebro saludable. Esto implica hacer deporte, mantener una dieta equilibrada, no fumar y reducir la ingesta de grasas, tomar vitamina E y antioxidantes… «¿Esto significa que bloquearemos la demencia? No, significa que las probabilidades de que aparezca son menores, hasta un 40% según la Sociedad Española de Neurociencia, o que pueden aparecer, pero más tarde. Esta es toda la prevención que a día de hoy podemos hacer», expone el neurocientífico, que añade: «estudios como estos demuestran que la ciencia merece la pena seguirla. Invertir en ella». A pesar de su elevada incidencia, España carece de un plan nacional sobre demencia.