30 may 2002 . Actualizado a las 07:00 h.
Seis años antes de morir, en 1889, Isacc Peral logró hacer realidad su invento más importante, ése por el que ha pasado a la historia: un submarino propulsado electrónicamente que revolucionó la navegación subacuática. Aunque aquel éxito le valió una cruz al mérito naval, el marino recibió un duro mazazo apenas ocho meses después, cuando el vicealmirante José María de Bereguer le ordenó realizar modificaciones en el prototipo. Se negó a aceptarlas, actitud por la cual el Consejo Superior de la Armada, reunido el 31 de octubre de 1890, decidió paralizar el proyecto y decomisar todos los materiales asignados. Peral reaccionó pidiendo la baja en el Ejército.