Una compañera de los detenidos declaró que vio el maltrato a la niña

Francisco Varela FERROL/LA VOZ.

FERROL

01 dic 2010 . Actualizado a las 12:49 h.

La niña de dos años supuestamente víctima de malos tratos del novio o compañero de su madre y ésta misma -ambos militares-, que fueron detenidos el pasado fin de semana, ha quedado bajo custodia de la Xunta, mientras no se aclara lo sucedido. Se trata de una medida cautelar adoptada por el Juzgado de Primera Instancia número 2, ante quien los dos supuestos agresores fueron puestos a disposición, el pasado viernes.

Las sospechas parecen apuntar a que la pequeña sufría las consecuencias de un entorno degradado. En esta ocasión, a mediados de la pasada semana, el personal de la guardería a la que acudía observó que, nuevamente, llegaba con algunas lesiones compatibles con malos tratos. De manera que resolvieron llevarla al hospital donde los médicos coincidieron con la misma apreciación, por lo que se puso en marcha lo previsto para casos de maltrato infantil: policía, juez de guardia y forenses.

El pasado jueves la madre de la supuesta víctima y el que parece ser su compañero o novio, ambos andaluces y militares destinados en un buque con base en Ferrol, fueron detenidos y al día siguiente, viernes, puestos a disposición judicial.

La jueza los dejó en libertad con cargos por supuestos delitos de violencia en el ámbito familiar, si bien ahora es necesario aclarar si ambos eran pareja o no, porque parece que el hombre tenía otra relación o familia. Fue determinante en la decisión de la jueza Marta Guillemet García el testimonio de otra militar, compañera de uno o de los dos sospechosos, que vivió con uno o con ambos cuando llegó destinada a Ferrol. Declaró haber observado que como métodos de castigo ambos utilizaban sobre la niña desde duchas de agua fría hasta colocarla desnuda de cara a la pared durante largo tiempo. Un testimonio tan directo y no de referencia como puede ser el personal de la guardería, vecinos o los informes de los médicos del hospital y los forenses, supone una prueba incuestionable si se da por válida, como parece. La niña fue atendida en el hospital General Juan Cardona de Caranza y no en el complejo público Arquitecto Marcide porque la madre posee un seguro privado como es habitual entre los militares. Mientras ambos se encontraban detenidos, la menor quedó en el hospital, si bien será la Xunta, como institución con plenas competencias en esta materia, la que se hará cargo transitoriamente de ella entre tanto no se resuelve si se ratifica la retirada de la custodia. Porque tendrá que recabarse la opinión del padre biológico de la menor. Las instituciones suelen preferir que la custodia quede en manos de familiares próximos antes de entregársela por largo tiempo a una institución. Además de la fractura de una pierna, lesión de la que fue atendida por los médicos el pasado 13 de octubre, otras heridas, vistas en perspectiva y ante otros testimonios que apuntan a un trato violento con la pequeña, en el historial aparecen también mechones arrancados, moratones reiterados y otras. Todo hace sospechar que no eran caídas casuales, propias de los pequeños de esa edad, sino un maltrato y descuido en el cuidado de una hija de esa edad.