Cerca de una treintena de trabajadores del grupo Einsa anunciaron ayer por la mañana que abandonan su encierro en el Concello de Pontedeume después de que no lograsen un acuerdo con la empresa para frenar los despidos en las plantas de Andrade y As Pontes. De hecho, según manifestaron fuentes sindicales, la firma habría comenzado a comunicar ya las bajas a los 18 empleados que estarían afectados por esta situación.
Las conversaciones entre los representantes de los trabajadores y la dirección de la empresa se intensificaron durante el fin de semana en el que permanecieron encerrados en las dependencias municipales. Desde allí, y gracias a la intermediación de los grupos políticos de la corporación, se fijó una reunión con la cúpula de Einsa.
Reducción salarial
Este encuentro se produjo el domingo y, siempre según lo que manifiestan los sindicatos, desde las centrales apuntaron varias opciones para paliar «a difícil situación económica que está a padecer o grupo». Entre estas posibilidades, se abordaron la de un ERE temporal o la reducción salarial de un 1,5%. Por su parte, la dirección planteó, por un lado, nueve extinciones, seis contratos a tiempo parcial de 990 horas al año, dos contratos a tiempo completo en un puesto de limpieza y una recolocación en mantenimiento. La otra opción que barajaba la firma es el mantenimiento de toda la plantilla siempre y cuando hubiese flexibilidad en el disfrute de las vacaciones y el abono al 50% del precio de la hora festiva respecto al 2010.
Este último punto fue el que causó la ruptura de las negociaciones, ya que, según informaron Alberte Amado, de la CIG, Constantino Piñeiro de CC.OO., y Francisco Cendón, de UGT, «implicaría un descenso salarial inasumible por los trabajadores, que no son los culpables de la situación de la empresa».