El grupo Einsa se pronunció a última hora del lunes sobre el conflicto laboral que se está viviendo en las factorías de Andrade y de As Pontes, con la extinción del contrato de «18 trabajadores de taller y ocho personas de otras áreas de la empresa». En este sentido, fuentes oficiales de la compañía aseguraron que la empresa «ha hecho un esfuerzo importante por mantener el empleo a lo largo de los dos últimos años, accediendo incluso a trabajos sin margen (beneficios) y así evitar despidos».
Pero también recalcan que era necesario acometer medidas para, entre otras cosas, paliar el cierre de dos de las cuatro máquinas que funcionaban en Pontedeume.
Entre estas decisiones que tomó la dirección está el recorte salarial que afecta en «un 15% a los miembros del consejo de administración, un 7,5% para el comité de dirección, un 5% para salarios entre 40.000 y 60.000 euros, y un 2% para los salarios entre 30.000 y 40.000 euros».
Congelación salarial
«Para el resto del personal -indican desde la compañía- con salarios por encima del convenio y por debajo de los 30.000 euros se aplicará una congelación salarial, quedando al margen por tanto aquellos trabajadores que tienen un salario según convenio, cuya subida será conforme a lo establecido». Asimismo, Einsa reconoce que inició la reestructuración del personal para adecuarse al cierre de las máquinas de Andrade. Esta medida «afecta a un 6% de la plantilla, 18 personas de taller y 8 personas de otras áreas de la empresa».
Por otro lado, tal y como publicó La Voz el martes, la empresa planteó dos opciones al comité de empresa para «minimizar el impacto de las desvinculaciones». Ambas fueron consideradas como «inasumibles» por los sindicatos que ya anunciaron nuevas acciones de presión contra la compañía.